La Amante OnÍrica Del Druida

LA AMANTE ONÍRICA DEL DRUIDA



Con los venablos de la brisa
cribándole el rostro barbiluengo
alza la mirada hasta la estrella de Sirio.
Un viento energúmeno chilla endemoniado
intentando liberarse del manoteo de las pieles
que custodian la entrada de la tienda del druida.
Can rutilante ladra en las alturas.
Estira los brazos el druida en gestual adagio,
salmodia misterios y recoge luego las manos
escamotéandolas ceremonioso debajo de las mangas.
Con la barbilla flectada contra el pecho
egresa al abrigo de la tienda
pasando como un fantasma entre
el humo purificador de la hoguera del patio.
Hierático, de pies junto a la yacija,
se ensimisnma en la húmeda huella
de una invitación rituada en el gollete
de la crátera vacía;
extrae de la faltriquera talco azul de Sirio
y envuelto en una nebulosa
afiebra los sentidos y ensueña
una princesa de ojos ámbar
y pórfidos senos
que insinúan una primavera de ambrosía,
la acaricia, la abraza, la funde en ósculos
y girando unido a ella levita evanescente
hasta un infinito de estrellas
en una noche de febrero en Beltaine.


f

 

Estimado señor. Fue un buen poema, solo hubo un verso en particular que me puso pensativo... Mas lo difrute maravillosamente. Tiene gran talento caballero... Gracias por compartirlo

 

Me gusta el escozor de los estiletes; es lo requiero: crítica mas que halagos.