La arrogante postura en la mañana

Qué vergüenza me da de la osadía
de intentar que mi amor te contagiara,
de creerme elegido por la luz
para brillar en la estación de estío.

Mi arrogante postura en la mañana
no previno el declive de sus horas
y cuando me alcanzó la despedida
no estaba preparado para esa oscuridad,
intrusa en el instante
que aún sobrevivía en la retina
de honda claridad, de mediodía
clavado vertical sobre la infancia
y las sienes manchadas de descuido.

Perdóname. Mi mano se acercaba
para cubrir el rostro de la luna
y esa ceguera artificial me hacía
creer que en el presente estaba aún
el pasado, la línea colorada
donde se posa el sol a ser costumbre.

 

Que dificil me lo pones para pasar de ti. Hay q ver una historia tan explotada como el amor imposible entre luna y sol escrito por tu mano termine siendo un descubrimiento magico y unico. Vibrante, formidablemente expresivo, vamos q tiene tu huella.
Un placer haberte descubierto, ahora tan solo resta descifrarte :-D

 

Me había perdido éste... pero ya corregí mi pérdida. Tus poemas se merecen muchas más lecturas, creo.