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LA BUSQUEDA ( mi mejor poema) de OSCAR PORTELA

Tema en 'Poemas Filosóficos, existencialistas y/o vitales' comenzado por oski2, 22 de Mayo de 2013. Respuestas: 0 | Visitas: 548

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  1. oski2

    oski2 Poeta recién llegado

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    CAR LA BUSQUEDA,
    poema de OSCAR PORTELA


    Obertura

    Nací desnudo todo piel coextensiva al mundo.

    Largo fue el alarido.

    El parto del co-nacer de aquel alumbramiento
    en cual abría los párpados sin ver
    fue la apertura y el denso duelo
    que permitía salir de la caverna y ver la la luz,

    Oír los pájaros,sentir de nuevo el agua,
    abrirme al mundo de la intemperie
    sin fin del infinito - contra-intemperie
    del amor y la muerte
    del rayo que timonea el universo.

    Nací desnudo como cuando
    después realisé los hechizos que lentamente
    me condujeran a tu cuerpo
    que hoy trasporta mi nombre.

    Busqué amparo en la tibieza de mi madre,
    y el asombro llegó hasta mí
    de las manos de las bastas
    llanuras amarillas y las "animas"/*
    de un paisaje salvaje,

    Que hería las pupilas del niño con frenético
    ardor me amparé en las palmeras
    y los sueños de los largos inviernos,
    tapé mi denudes, sentí la calidez
    y los aromas que guardaría ya para siempre
    en las memorias del olvido
    tal la guarda del ser en el silencio.

    Así me abría a la zozobra de ser desnudo
    ya para siempre todo piel,
    todo angustia de piel
    y de sentidos, el tacto de mis
    manos impías y mis ojos fanales de lujuria.

    La lascivia de un cuerpo confundido
    a los blancos jazmines del verano
    y al doloroso rojo del verano ya para
    siempre rabdomante de vientos
    y liras que la intemperie sin fin
    puso en mis manos.

    De aquel relámpago de Zeus nació mi sed,
    de su trueno, los espantos y goces
    de los sentidos todos, de su rayo el polvo
    de las cenizas que esparce hoy el viento
    en las plegarias que abren
    el tiempo de las interrogaciones
    y el poniente final de una intemperie
    que se termina hoy
    con esta historia mía.

    Yo era el niño de las abras y los zureos
    de palomas, el niño de la música de
    las lluvias de los largos inviernos,
    el niño que se miraba en el espejo
    de las albas y se escuchaba
    en el chillido de los monos ,
    el niño destrozado por Lear.

    El niño de los aromas del guayabo,
    un pequeño Narciso hoy casi ciego
    que miraba su cuerpo sin saber todavía
    que habría de encontrar
    en tu cuerpo enjoyado
    el mundo al que no había
    nacido todavía.

    El niño ya no está mas conmigo.

    Pero en el silencioso dialogo
    busca aquel perdido mundo de las violetas
    en los cánticos y promesas del futuro
    y he aquí que yo prometo todavía.

    Toda promesa es un deseo no cumplido
    y aunque ya las visiones fueran ensalmadas
    en las largas plegarias, aquí estoy todavía,
    desnudo todo piel y abierto
    al mudo de lo oído sobre
    la tierra en el pasado.

    II

    Yo me buscaba en todo en todo
    me buscabapero los claros lagunares
    de tus ojos aún no estaban

    Y estas manos donde grabé mi historia
    voces de la memoria de mi historia
    que aún no estaban abiertas al recuerdo
    del “sub-venir” que alguna vez
    y sigilosamente llegarían a mi,
    allá en la “mocedad de la mirada”

    Serían hoy mi intemperie y refugio,
    mi dolor y mi gozo,mi nuevo nacimiento
    y aquel definitivo estar aquí
    cual Dromedario que espera
    aún el rayo que fulmina
    y del cual como Fenix salgo re-encarnado
    como cuando en dolencia viva y en el adolecer
    primero me ofreciste el veneno de tu boca.

    Contemplaba el poniente en Derquí
    lejano de aquel Santa Lucía de mi infancia
    entre corrales, lazos y gritos de "peonadas",
    yo me soñé a mi mismo cual príncipe
    de las hespérides del sentido.

    La poesía me ha arrebatado todo
    y agradecido estoy en esta mi orfandad
    desnudo y aún atento a los electrizantes
    aromas del limonero de las calles
    y de los cuerpos jóvenes
    que Zeus raptara atento
    a las delicias y los goces.

    III

    Florecían las angustias y los arrobos
    eran míos, las osadía eran mías,
    míos eran los sueños y las precogniciones
    los aleluyas y temblores,
    los ossanas que ya nombré
    algún día o las celebraciones
    de la tierra y las mareas,
    los naufragios y las resurrecciones
    hasta que tu llegaste y toda luz
    fue recibida por las sombras.

    Yo me encontré en tus ojos,tus manos
    y mis manos fueron aquellos olvidados
    "Senderos en el Bosque" y el trayecto
    del vuelo fue la herida.

    La derrota y la herida.

    Pero el gozo y el renacer
    desde la muerte como Orfeo
    y en el jadeo final de la victoria
    tu me herías de muerte,
    más vencedor de los blancos
    olvidos yo volvía hacia hacia ti
    para secar el mar de manantiales
    que se corrían desde
    tu joven cuerpo.

    ¡Y la alabanza vino contigo!

    Y la tristeza y el abandono
    que ahora aquí canto ya puramente
    extraído de mí, porque tu eres
    solo aquel nombre que portaba
    tu cuerpo de Dios angélico y alado.

    Nada ya pondría exiliarme
    de la beatitud de los sentidos,
    y de aquellas plegarias
    de las memorias que “la nada guarda”
    como olvido de si.

    Y aquí en silencio canto.

    Y es el silencio manantial de
    una doncella de las que fluyen
    aguas y ríos de montañas
    en el cual purifico mis sentidos

    Ah mis blancos pegazos
    en los que volaré hasta el mar
    de las Estigias, para luego volver
    eternamente a ser flor,
    caballo, trino y viento
    y gozo de tu amor en la consagración
    de nuestros cuerpos en
    una luminosa primavera.

    IV

    Fanales de los que mana la luz que juega entre
    las sombras y luces bendecidas.

    Ya mis canos cabellos se vuelven negros
    como fauces de un tigre, pero recuerdo
    y del recuerdo brotan flores frescas y ásperas,
    dátiles y serpientes,cornos y flautas
    y un solemne réquiem, y soy feliz
    como el niño que retorna su piel
    sin cicatrices ni temores de ser
    herido por Apolo.

    Aquí estoy en esta soledad poblada
    de fantasmas que cohabitan
    y estos poemas paren junto a mí.

    ¿Recuerdas tu aquel verano
    en el cual nos amamos debajo
    de las aguas de aquel río
    turbulento y profundo?

    Hoy debo confesarlo cuando
    baja el crepúsculo hacia mi.

    Ya nunca emergí de aquellas aguas.

    */ animas:

    espectros o apariciones.
    aníma-alma.

    [​IMG]



    Un felino agazapado entre
    entre los árboles,
    un animal feroz y fabuloso,
    una leyenda surgida de la espuma
    del deseo carnal que arde
    en los sueños, tu perfección
    feroz de zarpa y duelo,
    la osadía de ser parte de un duelo
    en el cual tu como Fénix
    llevas tesoros guardados en tus fauces
    de tigre y semental,
    el más hermoso
    habitante de todos los deseos:

    ¿Quien habla por tu espina dorsal
    y por tu frente,
    por tus piernas
    dinteles de tobillos con ajorcas
    doradas del mítico misterio
    que se ahoga en la cintura escultural
    que alza el tórax más perfecto
    que conoce el escultor fecundo
    en su elemento,
    fascinado por ti
    vertiginoso, como la fuente pura
    de tu frente y tu rostro de enigma
    y de misterio, Leo Peixoto,

    tigre y sombra que el poeta
    teme nombrar para
    evitar el profanar los
    templos, sellados por los dioses
    que alimentan la escarpada cabeza
    con que embistes y rompes
    el equilibrio del hexámetro,
    oh tú,Leo Peixoto
    el animal del lujo y la fiereza?.

     
    #1
    Última modificación: 22 de Mayo de 2013
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