La calabaza orgullosa

Cuentan que hace mucho, mucho tiempo, la calabaza no era como es hoy. Antes era más dulce, refrescante y sabrosa que la sandía y aunque no tenía esa flor amarilla que ahora tiene, todos en el campo; hasta las personas; sentían mucha admiración por ella. Sin embargo, la señorita calabaza tenía defectos que todos deberíamos evitar: Era arrogante, es decir, orgullosa, descortés, hasta se creía más importante que todo el mundo. No hacía más que pregonar:"¡Nadie es más dulce y sabrosa que yo! ¡Todos me quieren y necesitan de mí!". Incluso, en sus conversaciones solo hablaba de ella y sus cualidades. ¡Qué desagradables son las personas así! ¿Verdad?.

Ahora bien, como era de esperarse, la calabaza tenía algunos vecinos con quienes no se llevaba muy bien, pero, al menos por cortesía, la saludaban. Entre ellos estaba la abejita Cuca, que era muy trabajadora, discreta y de muy buenos sentimientos. Sin embargo, debido a que Cuca no vivía en una colmena como las demás abejas, estaba pasando por malos momentos pues, como ya había llegado el invierno, apenas había flores y tenía que ir tan lejos a buscar el polen con que alimentar a sus hijitos que solo podía hacer dos viajes al día y no recolectaba lo suficiente. Aún así, no paraba de trabajar hasta quedar totalmente exhausta. Pero llegó el día en que las pequeñas abejitas empezaron a llorar de hambre. Entonces, desesperada, corrió a donde estaba la calabaza y le dijo:
_Amiga calabaza, por favor, mis pequeños están llorando por hambre y no tengo con qué alimentarlos porque, como sabes, es invierno y casi no hay flores. ¿Serías tan amable y me dejarías recolectar a través de tu tallo un poquito de tu dulzor para ellos?
Con mucha lentitud, como si no diera importancia a lo que había escuchado, se desperezó, la miró de reojo y con voz irónicamente amable, le respondió:
_Ay amiga Cuca, por favor, ¿Puedes venir más tarde?. No sé si te has dado cuenta de que estoy durmiendo mi siesta, algo que para mí es sagrado porque cuida mi apariencia juvenil.
_Pero es que..._Comenzaba a decir la abejita cuando alguien interrumpió.
_¿No oíste lo que te dijo?¡Vete y regresa más tarde!_Gritó con voz chillona el Cuervo que, junto a un renegado Sinsonte, protegían a la calabaza tan solo para probar de su néctar cuando a ésta se le antojara.
_Está bien, volveré más tarde_Dijo Cuca cabizbaja y desconsolada dándose cuenta de que donde existe un orgulloso con algo de valor, siempre hay algún vago que lo adula y le hace creer que es importante para beneficiarse de sus migajas. Así que sin decir nada más, se fue a casa. Pero antes de que pudiera emprender el vuelo escuchó algo que le arrancó dos de sus pequeñitas lágrimas:
_¡Siempre están molestando!_Decía el Sinsonte.
_Cada cual debería conformarse con lo que le ha tocado en la vida. Así no molestarían a los demás_Protestaba la calabaza.
_En vez de trabajar para dar de comer a sus hijos, viene a pedir.¡Claro, eso es más fácil!_Gruñó el Cuervo.

Tan triste estaba la abejita Cuca por tanta injusticia, que alzó el vuelo en sentido contrario a su casa y se posó sobre la rama de un árbol a llorar desconsoladamente. Sin saberlo, despertó a José, el pájaro carpintero que descansaba plácidamente en un hueco construido la noche anterior.
_¿Qué te sucede mi querida Cuca?¿Por qué lloras así?_Le dijo dulcemente.
Entre llantos y sollozos, Cuca le contó todo lo que había sucedido. Pero José, que era conocido como un pajarito bondadoso y servicial, le dijo de esta manera:
_Bien mi pequeña amiga, quiero pedirte que dejes de llorar y me acompañes. Ahora mismo resolveremos el problema.
Dicho esto comenzó a volar mientras Cuca lo seguía preguntándose adónde. Su sorpresa fue grande cuando, después de un rato, apareció ante sí una colmena llenita de abejas que iban y venía. José saludó respetuosamente y solicitó hablar con la reina quien, a pesar de estar muy ocupada, salió muy contenta a recibir a su amigo.
_¡Hola mi querido amigo!¿Qué te trae por aquí?_Dijo cariñosamente la reina y acto seguido le regaló una tierna sonrisa a Cuca.
José le contó con detalles lo que sucedía. Ella se quedó silenciosa por un momento y pensativa. Entonces se acercó a la pobre abejita y con voz dulce y suave le dijo:
_No te preocupes, todos los días durante el invierno, enviaré a algunas de mis hermanas para que lleven suficiente miel con que alimentar a tus hijos.
Cuca no podía creer lo que estaba oyendo. Otra vez se escaparon sus lágrimas, pero en esta ocasión de alegría. Finalmente, después de abrazar y agradecer varias veces a la abeja reina, regresó al árbol con José.
_¿Cómo puedo agradecerte lo que has hecho por mí, amigo José?_Dijo Cuca muy contenta de saber que sus hijitos no pasarían hambre.
_Solo hay una forma de agradecerme amiga_Comentó José mirándola fijamente_Prométeme que te esforzarás por ayudar a todo el que lo necesite. Cada vez que lo hagas, será como si me dieras las gracias y yo estaré felíz.
_Lo prometo_Dicho esto, se despidió y voló contenta hasta su casa.

Pero hay algo que nadie sabía porque estaba en el corazoncito de un pajarito malo que hacía mucho tiempo observaba con envidia a la calabaza. Era Rosendo, el colibrí. Rosendo siempre estaba solo, hablaba muy poco y no tenía amigos y aunque era su vecino, esperaba la oportunidad para introducirle su largo piquito y absorber todo el jugo dulce que la hacía tan sabrosa. Mientras tanto, la señorita calabaza, seguía humillando y maltratando a todo el mundo.
Cierto día, todos los animales se pusieron de acuerdo para celebrar la llegada de la primavera con una gran fiesta. Comenzaron a preparar comidas y bebidas, colocaron muchas luces en los árboles y hasta armaron un grupo musical para bailar toda la noche. Pero el Cuervo adulador y el Sinsonte renegado, como eran tan comilones y vagos, no quisieron perderse la oportunidad de conseguir algo sin tener que trabajar. Así que aguardaron a que todo listo para no tener que ayudar y se presentaron en la fiesta dejando a la calabaza sola. Era precisamente lo que estaba esperando Rosendo. Cuando ya era tarde en la noche y todos los animales estaban bailando y divirtiéndose mucho, casi borrachos, se fue sin hacer ruido a donde estaba la calabaza orgullosa que dormía profundamente en un montón de hierbas en medio de la oscuridad. Se acomodó entre las sombras para que no lo viera y ágilmente clavó su piquito en el tallo sobre su cabeza. Tan rápidamente y con tanta fuerza absorbió Rosendo que en unos segundos ya se había bebido todo el jugo dulce que tenía e inmediatamente se fue volando otra vez hasta la fiesta. Y así, como se divertían tanto, nadie notó su ausencia. La calabaza gritó y lloró toda la noche, primero por ayuda y después de dolor por haber perdido lo único de valor que tenía, pero con el estruendo de la música, los gritos y las risas, nadie escuchó.

Al otro día, tempranito en la mañana, la abejita Cuca se levantó para hacer su trabajo diario, cuando notó que alguien lloraba y se quejaba. Salió afuera y vió que era la calabaza orgullosa. Su primer pensamiento fue:"¡No voy a ayudarla!¡Qué se las arregle sola!". Sin embargo, recordó la promesa que había hecho a José y se le acercó.
_¿Qué te sucede calabaza que lloras tan temprano en la mañana?_Le preguntó.
_¡Ay Cuca, algo terrible, terrible!_Se quejaba desconsolada la calabaza_Anoche mientras dormía, alguien bebió mi jugo y ya no soy dulce y sabrosa como antes. Ahora nadie me prestará atención. !Qué desgracia, qué desgracia!
En ese instante llegaron el adulador y el renegado, quienes al saber lo sucedido, le dieron la espalda y dijeron:
_Ya no tienes lo que nos interesa, así que nos vamos porque ahora no sirves para nada_Y se fueron volando.
Cuca sintió lástima de la calabaza y pensó en qué podía hacer. Tan concentrada estaba en sus pensamientos que se asustó al oír el aleteo de un pájaro que llegaba. Era José.
_Mi querida calabaza_Dijo con calma el carpintero_Veo que estás llorando y ya me enteré de el por qué pero, ?Te sentirías bien si te dijera que cada uno debe conformarse con lo que le ha tocado en la vida?
_!Ay José, no me dejen sola!_Suplicó la calabaza.
_No te dejaremos sola, pero espero que hayas aprendido la lección_Sentenció José_Nunca olvides este proverbio:
"Quien se cree muy importante
por lo que puede tener,
olvida que en un instante
todo lo puede perder".

_Es verdad_Dijo apenada la calabaza_Sé que maltraté a los demás, sobre todo a tí, Cuca. Por favor, perdónenme tú y tus hijitos. Prometo que nunca seré como antes.
La abejita conmovida le respondió:
_Queremos ayudarte, pero no podemos devolverte el sabor que tenías. Sin embargo, te haremos un regalo.
Cuca se fue hasta donde estaba la arañita Fina que estaba observando todo y le dijo algo al oído. Inmediatamente se acercó a uno de los tallos de la calabaza. Con rapidez y maestría, tejió con hilos fuertes una flor y luego otra en otro tallo y otra más, hasta hacer muchísimas. Entonces las abejas de la colmena vertieron miel sobre ellas y el Sol con sus rayos, se encargó de darles el tono amarillo que las viste. Así, la calabaza se sintió felíz, rodeada de sus flores y de amigos verdaderos que se quieren y se ayudan sin ningún interés.

Y cuentan que esa es la razón por la que la calabaza hoy apenas tiene sabor, sin embargo, humilde y calladita todavía abre sus florecitas amarillas a todas las abejitas que pasan cerca de ella para que recolecten todo el polen que quieran y alimenten a sus hijitos.

 

Nomar con mucha destreza y creatividad nos regalas una bella historia que nos deja un gran mensaje. Aunque a veces lo mezquino se hace presente, la bondad de otros sobresale como es el caso de ese pajarito que ayuda a la abeja para un gran final. Entretenido, me ha gustado mucho. Un abrazote.

 

Un gran final como quien dice si la vida te da limones házte una limonada, y yo diría que aunque la calabaza tiene ese hoy día ese sabor yo la disfruto mucho en variadas recetas y hasta el flan de calabaza es exquisito, por eso añado que no hay mal que por bien no venga, me ha encantado tu obra, felicidades y abrazote!

 

Nomar, extraordinario cuento que permite mostrar valores universales a quien le lee, muy bien narrado, enriquecido con un vocabulario sencillo entendible a cualquier edad, maravillosos diminutivos, enlaces dialogados hacen mas amena aun tu bella historia. Un agradable rato he pasado contigo sumergida en esta historia infantil.
Te invito si es de tu agrado a leer una de mis prosas (la mas larga) tengo otras que son mas bien anécdotas de mi infancia.
http://www.mundopoesia.com/foros/temas/me-regale.566009/

 

Seguro Nancita. A mí me encanta, e igual, la disfruto de todas las formas. Gracias por venir. Lo agradezco. Un abrazo.

 

Gracias muchachita por tus lindas palabras. La verdad, este es uno de varios cuentos infantiles que he escrito y está entre los que más me gustan. Y claro que quiero leerte. Como sabes, he escrito algunos poemas, pero mi predilección es la prosa. Así que voy a disfrutarlo. Un abrazote.

 

Lo tendre pendiente para visitarte en ellos, será como ir al parque ja ja ja