La canción del dolor

Me dueles en cada poro
en los ojos me puedes,
en la vida me debes tantos besos
como para crear un milagro
con la asunción de nuestras bocas.

Me he quedado contando muecas
en el vacío de cada rostro;
y lloro, lloro porque ningún gesto
tiene la misma batalla inminente
como la que anunciaba
el aletear de tus pestañas
al leer el periódico.

Eres la vida de mis ayeres
la sombra del presente
y el papel con una casa borrosa
de un futuro que camina,
en cada pausa y siesta vespertina.

¿Por qué no vuelves?

Dicen las buenas lenguas
que he cambiado.
-Positivamente-
Mis perros rabiosos siempre duermen
y la monotonía es un frasco de píldoras
rodando en la bipolaridad de mis esquinas.

¿Por qué no vuelves?
prometo nunca entrometerme
en tus planes de ser un Robín Hood
o un monje abstinente,
Y los celos, los celos son una moneda
a la que nunca le veo la otra cara.

¿Por qué no vuelves?
Sé que dije “nunca más”
pero el nunca es una condena
en los labios de quien lo conjura.

Vuelve, vuelve…
El amor me puede
El amor me crece
El amor me duele

El amor ha comprado una soga
esperando ser usada el día trece.

Sara Montaño
Derechos Reservados

 

Una divinidad de obra preciosa, bellos versos.