La carta extraviada

Los espejos se fueron
quedando con la piel nuestra,
con su raíz mortal,
por eso
el pasado es un jardín
que revienta su polen
en nuestras manos
amapolas.
Por eso
el brillo de los ojos
es un pino que se deja entumecer
para ver la realidad desnuda,
por eso
el dia con sus guantes grises,
junto al fogón naranjo y sereno
invitan a la uva a morder el sol
que no está, pero, que existe.
Porque te amo y me amas
como a una fotografía vieja,
porque te amo y me amas
como la mentira al mentiroso,
por eso no niegues que el amor
es una mentira,
no niegues que el amor es una verdad,
porque es y no es.
Lo que importa es estar,
dejar la piel en los espejos,
caminar en tu jardín,
devorar la uva de tu labios,
entiviarme en el fogón
de tu muslos,
ser dos pinos desnudos
sobre el monte,
bajo la luna impenetrable,
ser.

 

Excelente escrito...
Me ha gustado.
Saludos y abrazos