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La casa de la ubicuidad

Tema en 'Prosa: Surrealistas' comenzado por Rigel Amenofis, 16 de Marzo de 2023. Respuestas: 3 | Visitas: 299

  1. Rigel Amenofis

    Rigel Amenofis Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Todo comenzó con el balance de fin de año que hizo el gerente de la empresa donde trabajo. Nos comentó su intención de hacer un reconocimiento a dos empleadas de la compañía, muy importantes para la misma, así como eficientes en su labor; a ambas las identificábamos con sendos pasajes de la canción Core’ngrato interpretada por Enrico Caruso; una cuyo nombre es Berkeley, si Berkeley así como el filosofo, la asociábamos con el comienzo de la canción y la palabra Catarí, la otra Tallulah, la relacionábamos con el pasaje donde se dice el título de la misma canción, aunque ignoraba la causa del nexo de entreambas con esta bella melodía. Una, Berkeley, era la recepcionista, mientras Tallulah era la coordinadora de las compras y ventas del negocio. Las dos eran muy queridas en la compañía por lo cual todos nos preparamos con entusiasmo para hacerles el encomio a su desempeño; pero desgraciadamente no pude asistir por diversas situaciones. Este homenaje se hizo en conjunto a las dos, sin embargo en el momento del mismo, el trabajo, y otras causas, me imposibilitaron acudir, circunstancia que lamente mucho por el cariño que les tenía a ambas, sobre todo a Tallulah. Después del reconocimiento todos se retiraron a sus hogares; yo, un poco más tarde, al mío, una vieja casa en un pueblito en las faldas del Jura, morada que extraño pues se ubica solo en mis recuerdos y en ese universo paralelo donde también vivo. Es una casa tibia y luminosa en primavera, puesto que con las últimas nieves que cubren aún las colinas, al ir avanzando el día, se abren todas la ventanas y puertas de la misma y penetra la tibieza del ambiente, lo mismo la luz de la mañana al correr los cortinajes. En otoño sucede otro tanto con las primeras nieves que anuncian el invierno, pues el sol en el horizonte se eleva, y con él, la temperatura del entorno, asimismo la de la casa.


    Recorriendo sus calles en compañía de mi hija, pues quería que habláramos de las condiciones de esta nuestra antigua casa, a punto de perderse por algunas transacciones comerciales de su madre, me comentó su interés en conservar este patrimonio que había pertenecido a la familia por generaciones, deseaba que la conservara alguno de nosotros, caminábamos en las sosegadas calles del pueblo cuando nos encontramos con Berkeley, nos saludo, le manifesté mi intención de felicitarla por su buen trabajo en la empresa durante su reconocimiento y que no pude asistir; me agradeció con cortesía, le pregunté si me recordaba, pues con tantos empleados en la empresa era difícil que nos tuviera presentes a todos, respondió que sí he hizo memoria de la ocasión en que intervino cuando me iban a hacer un examen del idioma inglés, que desconozco casi por completo, y logró que en su lugar se me hiciera un examen de francés, le agradecí por eso antes de despedirnos. Seguimos paseando en las típicas callecitas, pero de pronto ya no era mi hija quien iba en mi compañía sino mi amante veinteañera, con quien disfrutaba el paseo. Y este cambio repentino de mi acompañante no me sorprendió, como si este encantamiento onírico fuera algo natural. Pasados algunos minutos me dijo que se tenía que despedir, pues la esperaban unos amigos y se retiró, se alejo de mi vida en busca de una relación más acorde a su edad, rasgando este vínculo y mi corazón, pues, soy 36 años mayor que ella. Seguí caminando, encontré un antiguo conocido que me ofrecía un negocio donde se podrían adquirir los objetos de arte que uno deseara y revenderlos o conservarlos, recordé que en alguna ocasión un hermano se interesó en el arte, pero ante nuestros escasos recursos le pregunté como le haría para adquirir obras de arte costosas y me respondió que se empieza con las más baratas y poco a poco. Le comenté a ese antiguo conocido mi desinterés por el asunto, no por menosprecio del arte sino por carencia pecuniaria, aparte de mi opinión que el arte y sus obras cumbres son un patrimonio perteneciente a todos, no solo a unos oligarcas, por lo tanto deberían estar en un lugar donde fueran apreciadas de todo amante del arte y no en colecciones privadas. Ya para separarnos le prometí ponerlo en contacto con mi hermano…


    El recuerdo de mi hermano me hizo sentir añoranza por los tiempos infantiles y suspirar por el regreso a la ciudad que más quiero, esto de añoranza se volvió necesidad y me propuse volver. Emprendí el retorno llegando a mi ciudad por las montañas del oriente que tan bien conozco, al comenzar el descenso a la ciudad todo era familiar y conocido pero al avanzar, la ruta se hizo extraña, desconocida hasta que, caminando, me encontré en lugares completamente insólitos, tanto que de pronto estaba en medio de una árido paraje que no recordaba, me pregunte si durante mi ausencia habrían talado tanto los bosques… Seguí caminando, dando tumbos como si estuviera ebrio, mas de pronto el paisaje se tornó otra vez en caminos arbolados, aunque sombríos e irreconocibles; a lo lejos percibí los perfiles de la ciudad, en imágenes surrealistas pues se superponían o se intercalaban las edificaciones del pueblito al pie del Jura tan querido, o de L'ile de la cité, de Tlalpujahua, o de mi amada ciudad, esto me hizo conjeturar que algo singular me rodeaba, o cuestionar cual era la razón para columbrar estos espejismos... No obstante al llegar a la ciudad todo se volvió secundario al recorrer sus calles, parques y avenidas luego de tantos años de ausencia, primordialmente al llegar a la casa que guarda mis memorias de arcilla, la casa de la ubicuidad.

    Alrededor del 17 de mayo del 2021.

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    #1
    Última modificación: 17 de Marzo de 2023
    A Damari le gusta esto.
  2. Damari

    Damari Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Te felicito amigo .Has tocado diferentes temas en un paseo curioso ,creando imágenes y una lectura muy amena.Un saludo desde Canarias
     
    #2
  3. LUZYABSENTA

    LUZYABSENTA Moder Surrealistas, Microprosas.Miembro del Jurado Miembro del Equipo Moderadores

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    Un relato lleno de detalles amenos en ese recorrido fluido
    donde las imágenes van tomando cuerpo de vitalidad.
    me gustó. saludos amables de luzyabsenta
     
    #3
  4. Miriam Camelo

    Miriam Camelo Poeta recién llegado

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    Señor RIGEL buenas noches. Leído su texto en esta noche de sábado, la palabra CATARÍ me llevo a buscar la canción "Corazón Ingrato" con el maestro Luciano Pavarotti. Hace tiempo la había escuchado con traducción al español. Sentida, melancólica, angustiante. El recorrido por las veredas que fueron su niñez y juventud, quizás lo desencantaron, sí, todo cambia, se transforma, y esa impresión que nos causa nos afecta. Pero esos lugares tan amados, debemos recordarlos tal y como nuestro corazón abrigó las imágenes. Es la forma más dulce de evocar nuestros mejores años, de sonreír al traer al presente como si fuera una película de nuestros mejores sueños. Gracias.
     
    #4

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