La casa de mil paredes...

Tiene en este tiempo la montaña repuntes de casas grises
mas ninguna es como tú, pues resuman tus paredes historias o leyendas de vidas pasadas.
De almas de veras encadenadas al tiempo contrito y al deseo deshecho
No, no es lo mismo la pintura que el sol en cualquier momento aclarará, que el color que resuma de los abismos de las almas en quiebra.
Eres casa mía, la musa de mis cantatas, de mis réquiem el sonido
Eres quien de confianza me aplega las alas y me da descanso
Eres ademas el jardín de mis lamentos, el cobertizo de mis cristales rotos
Eres , mansión silenciosa, la guardiana eterna de mis secretos, de los pensamientos que sin ser obscenos serian escandalosos para las mentes sanas y santas
Eres además, la casa de mis mil paredes, donde en cada una con el hierro de mi sangre he escrito, para no olvidar por si me llega el tiempo prescrito en que la nube me ciegue
Acompáñame casa mía, no me entierres en el olvido, solo tu , eres capaz de agitar los brazos pintados, y derramar mis pensamientos en el aire, donde la parca no tiene imán.

SHA

 

Así es, Sandra. La casa que en la nuestra, aquella que guarda en sus rincones los ecos de las risas de nuestra infancia. La que tiene dibujadas en sus paredes las sombras de nuestros dolores, los secretos del primer beso o del último desengaño. La casa que resira nuestros recuerdos, donde se acomoda la memoria.
Es un melancólico relato, lleno de sentimiento. Un cordial saludo.