La casa gris y sus habitantes (Claudia)

LA CASA GRIS Y SUS HABITANTES...

En la casa no existen los días de azúcar y miel...solo las jornadas rotas por legiones de pasos oscuros, pasos lentos, pasos que gimen sobre la madera de unos pasillos llenos de secretos, Testigos de llantos y elucubraciones de unas mentes ya medio dormidas , que se escurren por debajo de las puertas, que emanan y se escapan como única partitura de esta domus anclada en sabe Dios que siglo.
No existe aquí el aceite y el vino para los labios rasgados de frío. No llegan las musas a acariciar las mentes maltrechas, con el dulce sabor de la uva pisada.

No hay historias hermosas que contar. Aunque me pregunto si, solo son hermosas las historias rosas...si las vividas en callejones lúgubres no tendrán algo que haga palpitar el corazón.

Aquí no existen mas flores que las rosas, y estas con espinas...hermosas, sin duda, pero hirientes. Nuestro jardín es de oro en otoño, el poco tiempo que el jardinero tiene con nosotros, no le da para dejarnos pasillos de príncipes...Me pregunto si esto no será también causante de que nuestra , digamos, locura, no se haga mas patente, por el aparente abandono del exterior...Lo consultaré con Doyle.
Las puertas de hierro, también chirrían, nos hemos acostumbrado a ese sonido, y a los que a otros daría miedo, para nosotros es música celestial, pues algo nuevo pasará, alguien nos visita. Los pasos son distintos a los nuestros, estos son llenos de vida...Algunos se levantan y corren a los ventanales para llenar sus ojos cuanto antes de esa novedad...Otros ríen descontrolados...si el visitante los viera, quizá no daría un paso mas...Yo los observo y me pregunto en que grada estoy para ser como ellos...¿Perderé por la costumbre de verles mis pocas facultades conscientes...?
Aitor, mi fiel amigo me mira, creo que ya sabe en que pienso y yo le sonrío... Nos queremos muchísimo. Él sigue pensando y componiendo poemas para ella, en el amor causante de su encierro...Le pido que llene la estancia con las notas de su violín y que cantamos juntos nuestra canción...Our world...Nuestro mundo en busca de nuestro corazón..Nuestro mundo que cae a pedazos. Nuestro mundo que busca respuestas...Nosotros, queriendo caminar juntos...Uniendo los trozos de alma que aun nos quedan. Dibujando corazones perecederos, en el vapor que nuestros alientos deja en los cristales...Nosotros , nosotros riendo sin motivos, sin saber por qué...

Y yo, yo en realidad no se ni porque estoy aquí...hace tanto que no lo recuerdo. Tengo algún leve recuerdo de libertad, pero no se distinguir entre lo real y lo soñado, por lo que no puedo describir una vivencia externa de esta casa...

Aquí no muere nadie, como los de afuera entienden que es morir...Aquí, simplemente salen de la casa y habitan otra casa más pequeña...Ese es nuestro mundo, pequeño, redondo, pues tememos las esquinas. Oscuro mas bien, pues la luz nos haría ver nuestros rostros desfigurados y eso nos llenaría de melancolía, nos atraparía el pensamiento obsesivo del tiempo y no es bueno para nosotros, ver nuestros rostros zaheridos por la manecilla del reloj y el agua salada.

SHA.

 

Es una prosa que cautiva de inicio a fin. Es dura esa casa descrita a pesar de la clara manifestación de vida que implica la vida de calle.
Me ha conmovido la tristeza y la fuerza al unísono. Felicidades!!

Un abrazo,

Palmira

 

Muchísimas gracias, Palmira.
Así es, la casa parece muerta, inerte, parece desganada, sin fuerza, mas´late sangre cuando palpita, y palpita siempre porque está viva...
Un abrazo...