La casa

Vuelvo a la casa
que alentó los días de mi infancia,
atezada de ese sol
que es memoria del pasado,
arco sidéreo, arcano orbe
que aunara luces y sombras.

Vuelvo a la casa
que se quedó vacía
llena de recuerdos
que presagian, al amparo
del tiempo, la vida
que sigue asombrándonos.

Vuelvo a la casa,
raíz de luz y túmulo
de angulares sombras,
vivas sus piedras,
me reciben queriendo
alejar las ausencias
que quiebran mi ánimo.
Conjuro los sueños
que un día se quedaron
dormidos entre sus muros
como viejos fantasmas.

Vuelvo a la casa
que sobre la ría
atalaya los vientos
cuando ya la tarde late
junto a mi pecho.
Quisiera, y no puedo,
reconocerme en esa silenciosa luz
que ahora llena su espacio.

 

!wow! Plasmas esos sentimientos de un modo que cautivan. Mis aplausos y saludos van juntos.

 

A veces los lugares nos hablan, de una forma particular, nos invitan al recuerdo llevándonos por un sinuoso camino de melancolía. Muy bueno tu poema. Me trajo reminiscencias de mi juventud impúber y pulcra.
Un abrazo.
Rodrigo

 

Expresivos y compartidos versos. Felicidades poeta.
Un placer leerte

 

una casa, un sitio de tanto recuerdos que solos los que vivieron allí podrán entender el valor sentimental que significa.

 

Gracias, Nomar. Celebro que te hayan gustado mis letras. Un abrazo

 

Gracias, Antorcha2015, por tu preciado comentario. Sí, hay casas que son como pequeñas patrias de cada uno por todo lo vivido en ellas. Un abrazo.

 

Gracias, Rodrigo, por tu comentario, un placer contar con tu presencia en mis letras. Un abrazo

 

Gracias, Lj Rincones, por leerme y dejarme tu atento comentario. Un abrazo

 

Gracias, Luzyabsenta, aprecio profundamente tu comentario. Abrazos.