La chismosa

Hace tiempo ya vecino que no vemos a su madre,
le tengo el timbre gastado pero nada que no abre.

Dígale cuando la vea que preguntó la Roberta
y si el lunes no aparece derribaremos la puerta.
Porque nunca me ha gustado esa cara tan aviesa
y hace días ya sospecho que la pobre está ya tiesa.

¿Tú te crees que somos tontos? ¿crees que no nos damos cuenta
que pasas la madrugada bajando a trozos la muerta?.

¡Qué dices de una mudanza si hasta el portal huele agrio!
ya lo creo que se ha mudado pero ha sido al otro barrio.

Seguro que es por la herencia, pues pregunta al veinteañero,
él disfruta de su pasta, ella lo disfruta entero.
Y de la casa te olvidas, está todo hipotecado,
entre el juego y el chulazo ni un eurito te ha dejado.

¿Cómo puedes ser tan malo? con lo bien que se portó
que aún siendo un niño adoptado como a una hijo te trató,
si a tí nadie te quería viniendo de esa progenie
que acabaron como acaban dos asesinos en serie.

¿De verdad no lo sabías? ¡cálmate te va a dar algo!
toda la culpa no es tuya, de casta le viene al galgo.
Vas a tener que asumirlo, naciste para asesino,
levanta y no te derrumbes que está subiendo un vecino.

¡Uy la leche si es tu madre!. "Buenos dias doña Martina,
tengo prisa, luego hablamos que se queman las sardinas".