La ciudad del mar

Continúa la ciudad

olvidándose en la orilla.

Continúa la ciudad

alborotando a los niños

en esas tardes de enormes alas.

Huele a alquitrán, a cara sucia,

a sal negra.

En las habitaciones apretadas,

sobreviven los soldados del miedo.

Pero, allí en las barcas,

los guerreros del amanecer,

recuperan el soplo de la ola,

llenos de oxígeno sus pechos.


Continúa la ciudad,

olvidándose cosas en la orilla:

una sirena agonizante, una luna rota,

un gato cojo, un primer beso …

Pero ¡Cuánto placer en la inmensidad azul!

¡ en la estrella errática del Sur!

 

Un poema de gran belleza que dibuja un cuadro urbano de olvidos y desesperanzas contrastado con el cielo abierto al que se puede acceder viendo solamente hacia arriba. Un gusto leerte poeta. Un abrazo.

 

Me gustaría conocer esa ciudad algo sórdida y que no mira a tierra sino a la inmensidad oceánica. Disfruté con este proteico poema. Un abrazo, Margarita.

 

Siempre hay algo que vamos olvidando en las orillas, pero a pesar de olvidos y abandonos, la vida continua hambrienta, tremendamente sucia muchas veces, inmensamente azul. Gracias por este hermoso poema. Abrazos cordiales.

 

Gracias, veo que estaba claro lo que quería dibujar en este poema. Un abrazo

 

Me invento la ciudad de mar en donde vivo, solo una lagua verca y una piscina que visito casi todos los días, ese es mi mar.
Encantada de leer sus hermosos versos, mi respeto en un abrazo azul

 

Gracias Ramón, viví en Málaga muchos años, y cuando era joven era un poco así, ahora es otro mundo. Un abrazo