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La ciudad insulsa.

Tema en 'Prosa: Obra maestra' comenzado por David Bernal, 9 de Agosto de 2021. Respuestas: 0 | Visitas: 381

  1. David Bernal

    David Bernal Poeta recién llegado

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    8 de Marzo de 2020
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    Me siento enfermo, enfermo de fumar cigarrillos, enfermo de beber brebajes ardientes intentando calmar la incomprensión de este mudo extraño. Hostil, si cabe. Me molesta la gente común, esa gente normal que tiene amigos, y bebe, y conversa con ellos en terrazas sobre películas sin fundamento que yo no puedo mirar. Que no puedo entender, y tampoco es que me apetezca.


    Enfermo de esa diligencia con la que todos hacen lo que tienen que hacer, dicen lo que tienen que decir, y cuando tienen que decirlo. Porque sus tiempos no se ajustan a los míos. El reloj que hay dentro de mí debe tener algún piñón roto en sus engranajes más profundos. Sigue dando la hora, de alguna manera. Pero si esperas que te despierte a una hora concreta para ir a trabajar, lo llevas crudo.


    Mas bien suena cuando le da la gana. A veces de manera muy acertada. Despierto cuando tengo que hacerlo y todo eso. Pero en el fondo, dentro de mí, sé que hay algo que no funciona bien. Ya me lo decía mi familia, con sus vidas aburridas y repetitivas que han pasado sesenta años en un bucle interminable de monotonía insulsa y sin sobresaltos. ¡Joder! Me gustaría poder soportar algo así.


    Yo por el contrario necesitaba emborracharme cada noche para conseguir no morirme de tedio. Despertarme con una chica no tan guapa, que la noche anterior parecía Nicole Kidman en eyes wide shut. Ver un vaso de whisky con cocacola, con los hielos derretidos en la mesilla y pensar. Lo pasamos bien. No es que fuese el mejor polvo de mi vida, pero al menos la chupaba como es debido. O con un ojo morado y los nudillos rotos, sabiendo que algún hijo de puta al que no volveré a ver nunca más se acordaría de mí. Esas pequeñas cosas daban sentido a mi vida.


    Mi trabajo sin futuro como relaciones publicas en una discoteca. Donde un montón de descerebrados bailaban ritmos absurdos con movimientos aun mas descompasados que los bombos mecánicos y cutres.


    Me siento enfermo de hablar la misma mierda todos los días. El político que ha dicho algo, o el futbolista que se va del equipo. ¿A quién cojones le importa esa mierda? Enserio. Me gustaría hablar de Niestche, y que no me dijeran que era un palurdo retrogrado. O de Seneca, y que mi interlocutor me dijese, que mi filosofía de vida era mas o menos lo que el defendía. Que me aplaudiesen. Sí, eso estaría bien. Pero mi reloj sigue rechinando a veces. Y sale de dentro mío ese impulso de tocarle los cojones a quien sea.


    A esos tipos perfectos que se pasan la vida en el gimnasio, comiendo tupers de arroz y pollo hervido como si ese fuese el camino. Como si comer aquella bazofia les fuese a convertir en algo mejor de lo que son. Animalistas… Veganos… Feministas… No puedo aguantar uno mas de esos discursos manidos de superioridad moral, en los que te miran desde su pedestal diciendo. “Ves, soy todo bondad” Conversaciones sobre el universo, y sus energías, y sus chacras. Me dan ganas de vomitar. Y entonces, mi alarma suena, y lo hago en su puta caras.


    No me ayuda a hacer demasiados amigos, eso es verdad. Pero al menos me echo unas buenas risas, y entonces dejan que me concentre en mi cerveza y mis cigarros, y se van a darle el coñazo a algún otro subnormal al que quizá convenzan. Y acaben abrazando arboles juntos, o pasandose las manos por encima sintiéndose las energías. Dios. Estoy enfermo de toda esta mierda.


    Estoy cansado de ver las noticias con esa retahíla infumable sobre lo peligroso que es todo. Violaciones, navajazos, asesinos, cuyas fotos muestran, y no son mas que paletos egoístas y decrépitos de expresión estúpida que son demasiado cortos para gestionar sus emociones. Parece que en cualquier momento te va a pasar algo terrible, al salir a la calle. Pero algo terrible está pasando ya. Y son todas esas conversaciones de mierda sin fundamento. Alguien debería obligar a esos asesinos a ver las noticias. Aunque seguro que lo hacen, y hablan de Cristiano Ronaldo, y toda esa mierda.


    Estoy enfermo de ver como nos dan por el culo de manera inmisericorde en todos los aspectos de la vida. Y lo que mas me jode, es ver como todos tragamos sin decir una palabra. ¿El impuesto de sucesiones? Que el gobierno te quite el 25% de lo que te deja tu padre muerto para dárselo a los políticos corruptos que te han bajado el sueldo, subido el agua, la luz, los impuestos. Y hacen todo eso mientras se llevan a sus casas sacos llenos de billetes. Eso si es admirable. Y mientras dan todos esos discursos como si fueran tus hermanos, como si esa noche fuesen a compartir su único huevo frito contigo. Como si fuesen a pasarte su ultimo cigarro por la mitad. Con ojos de cordero afligido, por todos los momentos malos que te están haciendo pasar. O brillantes de optimismo y felicidad contándote un montón de mentiras que nunca van a hacer. Ni siquiera a intentar. Y toda la gente debajo de las tarimas de feria con banderitas y fotos de los susodichos en actitudes super positivas. ¡Mierda!… Eso si que me da asco. Y luego irán corriendo a meter su papeleta en las urnas, convencidos de que eso lo va a cambiar todo. Los mataría. Quizá esos asesinos pensaran lo mismo.


    Al final, como no encuentro a nadie que parezca comprender esto, me tengo que sacar el malestar con este ordenador que simula un papel blanco, que es el único que me escucha, y me entiende. Y prefiero mil veces eso que abrazar un árbol.
     
    #1
    Última modificación: 26 de Agosto de 2021

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