La Conquista del Naranjo

LA CONQUISTA DEL NARANJO

Con el sol se levantaba,
su misión estaba enfrente,
la Cara Oeste, gigante,
se dibujaba imponente.
Desde la Vega de Urriellu
se acercaba lentamente.
Iniciaba su escalada
encomendando a la suerte
el éxito de su empresa
y la burla de La Muerte.
El Picu se rebelaba
como lo intentan los fuertes:
mostrando su poderío
intimidando al valiente.
El frío de la mañana
al montañero entumece,
que a pesar de ir pertrechado
a su sangre no la siente.
Ya ha llegado a la pared,
su corazón no obedece,
y galopa desbocado
con un galope insistente.
Quiere trazar nueva vía,
un camino diferente,
y empieza con su escalada
mientras aprieta los dientes.
La roca corta sus manos,
la cuerda le cuelga inerte,
de las clavijas que clava
alguna se le desprende.
Mientras va ganando altura
su respiración detiene...
El extraplomo amenaza,
sobre su sombra se cierne.
Cien metros de estar colgado
sin nada que lo sustente.
Va ganando al extraplomo
trepando como una sierpe,
y llega al Anfiteatro:
Regresar ya no se puede.
El Picu juega sus bazas
y la ventisca aparece,
golpeando en la escalada
al montañero que asciende.
Son momentos angustiosos
su vida de un cable pende.
La ventisca desatada,
de rachas intermitentes,
sobre su cara golpea
y su color palidece.
Seis horas dura el suplicio,
pero al final languidece.
Y el exhausto montañero
último intento acomete.
Con la noche ya cerrada,
con la cumbre de aliciente,
saca fuerzas de flaqueza
y conquista lo que quiere
El Naranjo está vencido...
El montañero, inconsciente.
Y La Luna, que ha salido,
le sonríe reluciente.

xxx

Churrete


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Gracias Valentina. Un beso. Churrete.

 

Bonito paraje, en cualquier caso. Besos. Vic.