la dama de miel

tratare de sonreir como si nada
aunque sienta el alma enquebrajada
volando por los campos eliseos
dolido, recordando cuanto he sufrido

tuvo que pasar el sol dos veces por su mismo punto,
para marchar a la dama de hierro que apuñalaba a mi corazón,
saqué la espina de la rosa, para empezar a disfrutarla,
la sombra que amargaba mi jardin, saque la rama que golpeaba mi ventana,todo eso lo esfume de mi huerta, metiendola en un cajon sin vuelta; ahora encontre una nueva dama, quella tan contraria a la primera; ella, ella era la dama de miel