La dama y el jazmÍn

LA DAMA Y EL JAZMÍN

Gimen las hojas
cuando las atraviesa el viento.
No se ve una estrella
en la medianoche.
En la oscuridad
tiemblan en su danza
las brujas hasta el alba.

Prisionera de un sortilegio
hay en la noche una dama
que en jazmín fue trocada.
El hechizo congelo su alma
y quebró su ser
en turbio cristal y en lamentos.

Bruja de las tinieblas
que deje de ser flor
la hermosa dama.
Es muy bello el jazmín
pero no es cálido...
¡Es tan frío como la muerte helada!.
Que traigan pimpollos rojos
las diosas buenas
trepados en muralla cálida.
Y que vuelva el ardor
a encender sus mejillas
con estrellas derretidas.

Mi angustia protegió al jazmín
con presteza
mis brazos lo cobijaron
y lo depositaron en una canasta
de oro y de fragancias
con mi pensamiento
puesto en ella.
Probé la savia verde
del tallo roto para besarla.
Llamé con la voz entera
de mi grito desgarrado
para despertarla.

Quise oír los suspiros
y el canto de la dama.
Pero la flor hechizada
no volvió a ser mujer
ni por un solo instante.
Y ante mi angustia
el jazmín cerro sus pétalos
y comenzó a morir...
...la dama ya no respiraba.
Las brujas se eclipsan
y el aquelarre termina.
Se escuchan los gallos...es el día.
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