La destreza del dedo gordo

La destreza genial del dedo gordo,
manifiesta, per sé, en el celular,
se percibe de modo singular;
por lo mismo, señor, aquí lo abordo.

No lo puede eludir o hacerme sordo
al mirar como suele brincotear,
pareciera que un son quiere bailar,
y por eso a mis versos lo transbordo.

Pareciera ser cosa muy sencilla
empalmar el cerebro y sus meneos,
tras las letras que están en ventanilla.

Obediente se apega a los deseos,
de una forma tenaz que maravilla,
procurando felices regodeos.