La esposa.

Después de pasar revista a todas mis tropas,
con la Poesía por bandera, conquistaré Europa.
Sin embargo, Dios los ayuda a todos, y no sólo a mí.
No obstante, por fortuna, puedo levantar cabeza.


Francisco Franco Bahamonde, como Gambrinus, bebe una jarra de cerveza.





Ser dictador no consiste en ensanchar la barriga.
Sino en guardar las formas. Trigo, grano, espiga.
Molino de viento manchego, y Alonso Quijano.
¡ No son gigantes, sino molinos ! Sancho Panza y Dulcinea del Toboso.


El gobierno de una ínsula, como meta; que trae Felicidad.





En el archipiélago canario, encontré mi dignidad.
Canta Rosana: " Yo soy la tierra de tus raíces; el talismán de tu piel lo dice.
Yo soy la tierra de tus raíces; lo dice el corazón... El fuego de tu piel. "
Para mí, así es la tierra prometida, que mana leche y miel.


Al Sur, y al Oeste.


A muchas damas he conquistado. Pero mi carácter sigue siendo montañero y agreste.
Escurridizo, sin embargo. Por aquello de la serpiente, y la Sabiduría.
¡ Maldición ! Exclama el arcángel. ¡ Te pisaré la cabeza !
Y es por ello, que no pruebo, de un tiempo a esta parte, una sola pinta de cerveza.





Mi Amor conoce límites; es cierto. Pero en esos lances, soy experto.


Manejo, gobierno y dominio, de la botella.
Pues el universo-burbuja en el que nos movemos, es obra suya: De ella.
La esposa sideral rezuma Realidad Virtual, por los cuatro costados.
Como la vídeo-consola o los juegos recreativos, de los futbolines y billares.





Y con ella, vivo. Ajeno a los himnos patrios militares.

 

SALUD ENTONCES JE

 

Gracias, compañeros. Ésa será mi última palabra.