La estacion...

Sentada en ese tren, sola en el vagón viendo pasar la ciudad quedándose tras de mí , justo al llegar a la estación dónde tan cerca me dejaba de tu casa, puedo observar durante unos minutos aquel bar dónde una copa nos llevó a otra y la otra nos hizo cerrar el local…
La luna llena de aquella noche no iluminaba la mesa en la que nos sentamos, pero casi puedo sentir que aún seguímos ahí… mirándonos a los ojos sin dejar de sonreír, hablando de la vida, de anécdotas y recuerdos que no queríamos recordar, aventuras que deseábamos explicar, disfrutando de la compañía que siempre habíamos esperado y que tanto tardó en llegar.
De repente, las puertas del tren se cierran, una nostalgia que se convierte en un nudo en la garganta me hace despertar de este letargo que a pesar de parecer eterno, solo han sido unos segundos, los segundos de bajar y que el tren volviera a arrancar.
Pude comprender que sigo ahí… siempre estuve ahí… que mi vida empezó justo aquel día en que te ví, aquella noche en la que mis ojos contemplaron lo más bello de este mundo que eras tú y por más que los años hayan pasado nunca dejé de estar allí.
La vida puede que sea mejor sin ti, encuentro paz desde que me fui, sin embargo nunca me desprendí de ese sueño que al final quedó en pesadilla ,y es extraño como puedo sentir que en la distancia y la vergüenza que nos separa, tu, también sigues junto a mi.
Nuestra historia quedó tan atrás como la ciudad queda tras de mi en este tren, pero al final, son sus calles por las que vuelvo a caminar y así fue nuestro amor… terminado, en el pasado, pero siempre presente porque el recuerdo es mas fuerte que la propia realidad.
Nunca estuviste tan ausente como lo estas ahora, pero cuanto menos se de ti, cuantos mas pasa el tiempo mas te presiento aquí… puedo cerrar los ojos al pensar en ti y noto tu arrepentimiento, siento como te perdono y como lo lamento.
Soy capaz de presentir como me abrazas en silencio… como en la soledad de tus noches, cuando no te acompaña una amante piensas en mi… presiento como me echas de menos queriendo echarme de mas, como te preguntas si allí dónde yo me encuentre siento lo mismo que tu estas sintiendo por mi.
Sigo aquí… sigo unida a ti… siempre lo estuve. Aunque ya no quedara un rincón en este mundo dónde esconder mi amor no dejé de sentirlo. Aunque ya no existieran mentiras que pudieran justificar tus errores no dejé de perdonarlos… Por más que la obligación y mi moral ya no me permitieran volverte a perdonar, nunca guardé rencor hacia ti, porque bajo mi piel castigada continuo siendo la misma niña que te amaba…
Sigo en movimiento, tu estación ha quedado lejos ya, y en este tren, camino de algún lugar no puedo dejar de recordar como en esa fría noche de invierno llegó la primavera a orillas de mi corazón. Me bañe desnuda en el verde de tus ojos como si fuera el mar… me doré en el calor de tu sonrisa como si fuera el sol de Abril que me adormecía ante tanta paz.
El roce de tu mano acariciando las mías era como sostener girasoles… con la suavidad de sus pétalos, tan amarillos y divertidos, dándole color a los paisajes mas vacios, tan llenos de vida, siempre mirando al sol, así fue como yo te sentía… tu eres ese girasol que le daba luz y color a esa vida mía.
Borrabas tristezas de mi alma, llenabas espacios muertos y perdidos de mi corazón, ocupabas cada rincón de mi sentimientos y mi tiempo… dios… que inmenso eras…
Que maravillosa sensación sentir que estabas hecho a mi medida.
Que hermoso creer que lo tenía todo en tu compañía, que ni el más rico de este mundo podría sentir ni por un segundo lo que yo sentía en tus brazos escuchándote decir que era la mujer de tu vida.
No podría mentir ahora… lo cierto es que me siento incompleta, vacía… y aunque vivo rodeada de gente y buenas compañías, sigo sin sentirme comprendida.
Queda poco para el final de mi trayecto, en a penas unos minutos el tren llegara a mi destino… que me queda por decir? Que volveré a encontrarte mañana cuando vuelva a subirme a este vagón que me llevara de vuelta a casa… y de vuelta volveré a observar aquel lugar donde te conocí a través del cristal, y recordando volveré a sentarme junto a ti y sentiré que aun estamos ahí…
Tengo que bajar… lo cierto es que apuro el tiempo, no quiero poner un pié en el andén me siento bien aquí… durante unas horas he encontrado mi lugar, he sentido que en este espacio nada ni nadie me pueda obligar a dejar de volar… estoy donde quiero estar, en el momento en el que me quiero quedar, con la realidad detrás de la ventana esperándome ahí fuera por si en algún momento quiero recordar que el presente me espera cuando me apetezca bajar.
Cojo mi bolsa, me pongo la chaqueta y busco un cigarrillo, no encuentro el encendedor pero no pasa nada.. alguien me dará fuego en la estación… hasta mañana amor…

 

Excelente prosa, pero deberías ponerlo donde corresponde.
saludos y estrellitas.
Esperanzapaz

 

muchas gracias! la verdad es que todavia no controlo mucho la pagina, intentare ojearla un poco mas hoy y a ver si me voy aclarando jajaja. un saludo!!!