La fábrica

Somos una fábrica en contante funcionamiento.
Todo va sincronizado, el día que el motor se apaga ese día cerramos el negocio.
Tenemos una memoria completa, expandible, que guarda y borra información.
Nos recargamos con todo.
Al dormir se recarga, al hacer vida social tomamos información, nos recargamos o descargamos incluso al tener relaciones.
Siempre estamos haciendo algo incluso cuando no hacemos nada.
Liberamos toxinas.
Liberamos presión.
Liberamos gases.
Liberamos fluidos.
Así como te puedes imaginar somos las máquina más potente que existe y nos estamos dejando reemplazar por otras que creamos, todo por la bendita economía que nos absorve y esas ancias locas de recaudar dinero que al final si mi fábrica se cierra se pelaran otros como buitres.
Queremos ganar tiempo en todo pero vivimos con el afán de la vida que nos desgasta lentamente y nos roban poco a poco la familia, el tiempo y por último hasta las recuerdos desaparecen.