La familia de la playa

La familia de la playa


El camino a la costa fue en silencio, o casi, solo una vez Ramón advirtió a su hijo al cruzar la calle, para después caminar casi un kilometro bordeando la Vía Blanca hasta llegar al risco donde a veces y solo a veces.. A mucho pedir de Alex; su padre y el iban a pescar; sin embargo siempre era el mismo lugar.

Un trillo que se apartaba descendiendo de La Vía…terminaba en uno de los pocos claros que permitían que un embrollo de dientes de perros de un lugar del este de la costa habanera tuviera su espacio.

La yerba seca, casi quemada por el salitre, trato siempre de borrar aquel trillo que la familia Ferrals a través de siempre, a lo mejor por los siglos de los siglos, había tratado de conservar.

Ramón alcanzo su mochila a su hijo y Alex trato de tomarla lo mejor posible. Quería evitar a toda costa otro enfado de su padre; o al menos esta vez sabía que era su culpa.

A su mente vino el día de ayer, el trágico día de ayer. La familia Ferrals perdió a su hija de 19 años cuando luego de discutir elementos de docencia deficiente y actitudes raras con su madre, no se detuvo en la puerta para hasta entonces no regresar. Era la primera vez que la rebelde Jenny se llenaba de valor para hacer tal cosa. Creo que todos de alguna manera querían verla reaccionar, demostrar que estaba viva, que tuviera actitudes y decisiones maduras, pero nunca se figuro nadie en esta familia, que su primera explosión de autoestima, las privara de su presencia. El la defendió como pudo, pero, de versa no creía que su hermanita, había tomado la mayor decisión, al menos sin comunicarse

Alex noto que su padre no levantaba la cabeza mientras preparaba el nylon y la carnada para el primer tiro en el menor deseado día de pesca.

-Pa,….Pa!?…Ramón levanto la cabeza como pudo, miro a su hijo y estallo en un llanto que aun no parecía tan culpable.

- ¿Por qué es tan malagradecida?! Por qué?!..decía a craqueada voz, que parecía mas de mal tonto que triste.

Una ola diferente, trono furioso contra el arrecife empapándoles las caras y mojándole los avíos.

-Si usted me permite, Pa!-, Alex emitió su voz que entono al final de lo que dijo; como si—aunque cabizbajo—sus palabras tomaran un poco de valor.

- Esa ola que acaba de romper,..Pa,.es como lo que mi hermana tiene en la cabeza.- Yo creo Pa,…-Siguió diciendo, cuando la pesca parecía ya imposible- Que Jenny no se fue, es más, hizo lo indecible y es verdad que no lo dijo,-por tratar de quedarse.

-Pa,! -volvió Alex. -Mi hermanita ya no es solo verde, no es solo esclava de ustedes y de sus letras.

-Pero todo se lo dimos, estaba bien en la escuela y últimamente….!!!

-Y hace tiempo Pa, tu y mami dejaron de escucharla.- No todo el mundo tiene que ser ..Que se yo??…, lo que en su mente sus padres tengan.

-Un día,…hace unos meses Jenny me dijo que adoraba ser ama de casa, que adoraba la cocina, limpiarlo todo y cortar flores en un jardín propio; lejos de la playa; para llenar su espacio de lo simple. – Me dijo Pa, que su carrera más universitaria era aprenderlo todo dentro de la casa y si un día se enamorara; su esposo se sintiera placentero y sonriente luego de su faena. Ella sonaba, ella sonaba, solo que anhelaba lo más simple de la vida; exactamente, lo que vio en su casa.

Ramón se levanto aturdido, sin digerir los vocablos de su hijo. Confundido, salió casi corriendo rumbo a la casa. Alex le siguió como pudo; pero de cualquier manera llego tarde. Ramos limpiaba un pedazo de terreno justo al lado de su casa.

Viejo!!!, Pa!! Que haces?!---Ramón se irguió y le dijo, le construyo la escuela y el trabajo a mi hija!!!- Y tu búscala y dile que aquí mismo tiene su primera plaza y que estoy seguro que ella sabe como emplear a su “ayudante” y que confió en ella, porque se que en los sentimientos y el amor esta graduada!!

Alex no creía lo que oía, es más, que parte de lo que dijo su padre no lograba metabolizar?…Corrió y lo detuvo…-Hey!!!, sus flores!!!, te acuerdas?!-Lejos de la playa!!.

Ramón, llorando a trozos, para que su paladar confundiera el salado del sudor con sus lágrimas, porque hasta allí era imperdible; cayo arrodillado en la tierra casi en los brazos de su hijo, que ahora si no comprendía aquel panorama.

Aleida, la señora de la casa, se asomo a media puerta; aún el viento o la brisa del mar “salitraba” su cara y un par de cabellos negros se colaron en su boca..A casi gritos exclamaba: --Ramón que trajiste!!??---Dale!, Dale!, tráeme el pescado, que la mesa con arroz solo, no está en nada!!


Vampi