La fiebre abandonada

La fiebre abandonada
en una espera
no se cae lo mismo que la fruta
cuando avanza el color por su epidermis,
pero tampoco tiembla en la evidencia
del mordisco que invade su semilla
y devora la ley redonda de su aroma.

Su bondad inflamable
está desposeída de materia,
y no cruje a estribor del barlovento,
y no roza la única misión
de su certeza, arder, manifestarse
en un escalofrío que la incendie
con la termodinámica del agua.

 

Un gusto pasear mi alma por tus certeros versos que hablan de esa fiebre abandonada.

Un abrazo

 

Hay fiebres y fiebres amigo, unas ni siquiera dan calor y cambian la epidermis, solo pican sudorosas hasta lograr saciar sus ansias esperadas.
Tu amigo Dago

 

La fiebre abandonada en una espera... me quedo en eso.. siempre me quedo en las esperas... Precioso.

 

Wauuuu!!! Buen poema amigo. Me gustaron tus gafas de mirar al mundo. Esas imágenes potentes se me grabaron en la piel. Un buen poema. Un abrazo