La flor de Loto que en mi pecho dejó

El viento siguió respondiendo mi inquietante angustia
en medio de este pantano fangoso de soledad.

Era el llamado de la nunca vista
pero sí presentida calavera poderosa
que se aparece en las oscuridades.

Y con solo unas ramas secas que encontré en este destino
que de por sí ya estaba empeorando
luché por sobrevivir a su risa y carcajada grotesca
cada vez que se acercaba a mi acecho.

Y como pluma al viento me desvanecí en este pantano
dejándome en cansancio alcanzar por ella
resignado a quedarme atrapado en el monte de esta perfidia soledad.

Y al hallarme, se apiadó o se arrepintió,
me tuvo lástima o simplemente se alejó,
pero nunca olvido su rostro blanco
ni la flor de loto que en mi pecho ella dejó ​

 

le dejó una flor sagrada. quizás es un ser de luz o uno de oscuridad pero en todo caso es un ser con poder para dejar esos regalos y tener el valor de alejarse.
un placer
ius

 

Bellas letras, se siente el nihilismo, la melancolia, casi una tibieza lacrimal y bella, cual la oscuridad...

Saludos...

 

Buenos versos, me gustaron. Felicidades caballero.
Abrazos
Chepeleón