La fuerza del imaginario

Percibimos, imaginamos, sentimos y luego hacemos.
¿Y si ese imaginar no estuviera?¿o si fuera más chico?¿cuánto influye?¿qué peso tiene?
De muy chicos intentamos caminar sobre nuestros pies y caemos golpeándonos el cuerpo. Lo volvemos a intentar y volvemos a caer y a golpearnos. Una persona mayor que nosotros, o nosotros mismos, nos enseña que si ponemos las manos antes de caer, no nos golpearemos tanto. Entonces cuando volvemos a caminar y comenzamos a caer, el imaginario actúa y nos protege activando las manos. He aquí un imaginario que nos ha hecho crecer.
Diez años luego, queremos aprender danza, y para ello necesitamos caer de una forma fluida para poder continuar el movimiento luego. Ahora el imaginario, nos sobreprotege, porque queremos caer deslizándonos por el piso, pero el mismo activa las manos bloqueando el movimiento. He aquí un imaginario que estorba. Entonces debemos hacer a un lado este imaginario para volver a crecer. Y así, el imaginario a veces lo necesitamos para crecer, otras necesitamos que se haga a un lado para lograr lo mismo.

Percibo siento y hago
caigo
percibo, siento y hago
caigo
percibo, imagino, siento, hago
crezco
percibo, imagino, siento, caigo
percibo, imagino, siento, caigo
percibo, siento, hago
crezco.

www.delseralpapel.blogspot.com

 

Dejé pendiente de comentar tu prosa por falta de tiempo y me alegra retomarla. Debo decir que es muy interesante el modo en el que planteas el crecimiento a través de la selección de actos. La percepción y los estímulos están ligados a esa parte que tan dormida tenemos a medida que "avanzamos".
Percibo tu prosa, la siento, la integro y me la enfundo. Te dejo un abrazo y una sincera felicitación.

Saludos,

Palmira

 

Gracias Palmira por compartir tu reflexión conmigo también. Gracias por tomarte el tiempo de comentarla.
Un abrazo grande.

Lucas