1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

La hamaca paraguaya

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por tyngui, 5 de Agosto de 2015. Respuestas: 0 | Visitas: 1077

  1. tyngui

    tyngui Poeta que considera el portal su segunda casa

    Se incorporó:
    24 de Febrero de 2013
    Mensajes:
    2.618
    Me gusta recibidos:
    1.175
    Género:
    Hombre
    Rogelio es un adolescente de dieciséis años, al que las cosas no le van muy bien, se encuentra desestabilizado emocionalmente. El chico está parado sobre un deteriorado alfeizar del viejo edificio de ocho pisos, que su familia alquila desde que tiene uso de razón. Se siente sorprendentemente desprotegido de sí mismo. Una sensación de vacío lo ha invadido de repente. A pesar de ser extremadamente competente, no es capaz de disuadir esta involuntariedad que emerge tácita desde su propia naturaleza.

    Se confesó hace dos días frente al espejo del baño, estar desconcertado y cautivo en su propio cuerpo. Su madre, ese mismo día le regaló una hamaca paraguaya a la que no le encuentra sentido, sin embargo se sienta sobre ella.

    Sorpresivamente razona de manera coloquial y es motivado por una loca idea y sonríe en silencio. Pero más tarde especula convencido de que su yo, estaría siendo boicoteado en cuerpo y mente, colapsado por un motín, a cargo de un sentimiento extremadamente culposo, que lidera una insurrección fundamentalista y está dispuesto a todo.

    Realmente cree en lo que está vivificando, ya que ha tenido una secuencia de eventos similares los últimos tiempos.

    Rogelio se retuerce sideralmente en la animalidad de su entelequia. Dispuesto a todo y preparado a dar su mejor golpe, mira hacia un punto de fuga en la nada, donde busca un sendero que lo eyecte a su imaginación, allí se sabrá con fuerzas, que le ofrecerán una nueva performance.

    Asimismo su enemigo acérrimo, la ansiedad perversa, se escaramuza mágicamente paralizando su accionar. Pero acudiendo a su otro yo incontinente y esmerilado, Rogelio transborda sutilmente a esta alteración transitiva, que aunque rebelde ya desconfía de sí misma.

    Sin embargo ésta, se enfrenta a un Rogelio cansado, pero que decidido a todo, se cuela en la esencia carnívora de su imaginación fantasmal; liberándose por unos segundos de este mal sentir. Que irresoluto coordina un nuevo contraataque, pero ya bajo presión será estéril.

    El joven jadeante, reafirma sus límites vectoriales y virtuales, de manera precisa y soberana, casi matemáticamente, y aunque aturdido por los vórtices espaciales, se enfrenta con tesón y arremete a ésta conmoción lúgubre, pregonando que nada lo hará revertir su sentencia de escaneo y erradicación del mal, incubado en los patrones de esta inexpresiva vernáculidad nocturna, considerándola en exterminio.

    Al volver en sí, se ve sentado ya anciano frente al espejo, en la hamaca paraguaya que le regaló su madre presumiblemente hace cincuenta años por lo menos.
     
    #1

Comparte esta página