La historia De la Luna.

Historia de la Luna

Cuenta la historia, que en las lejanías del universo, el alma de una dama, que en vida fue asolada,
Menospreciada a la vista de los hombres, porque nadie le quiso poner su nombre.

Tal mujer día a día era entristecida, porque el menosprecio de los hombres, hacia ella era enorme, por tratarse de ser huérfana y no tener un nombre, cuando el sol salía el mundo de ella se reía. Asolapada y moribunda, una noche ya cansada del menosprecio que la perseguía, clamó a gran voz, como un estruendo; ¡Déjame subir al cielo y entre las estrellas hacer mi morada! Porque en sí misma decía -quiero alejarme de este mundo cruel-.

Dios escucho su clamor, su grito de angustia y de dolor. Cumplió su petición y la puso entre las estrellas. Mas aún puesta allí, ella seguía triste, pues aunque estaba entre luceros, su corazón deseoso de sentirse amado, aún seguía angustiado.

Dios al ver su corazón noble, decidió no dejarla asentada, sino que le permitió moverse para que ella buscará un lugar donde sentirse amada. Ella esquivaba el sol porque le recordaba que día a día fue asolada. En sus constantes huídas, sin darse cuenta y sin razón, susurros escuchó, porque poco a poco hacia la tierra nuevamente se acercó.

Una noche Dios le permitió escuchar el clamor de un varón enamorado, que con el corazón en la mano, clamaba a Dios con gran vehemencia; ¡Señor quita de mi esta angustia!, pero a ella no se le permitió escuchar más, al escuchar ella ese clamor, dijo entre sí –que injusta es la vida-, entonces decidió acercarse y asomarse más a la tierra para ver a tal varón. Mas al acercarse más que las estrellas, al estar en búsqueda de aquel varón, escuchó aun más clamores.

Los clamores que escuchó, eran clamores de admiración, comparación de corazones enamorados por un amor, un clamor de ellos escuchó, el clamor de aquel varón y en tal clamor escuchó el resto de la oración:

Luz que ilumina mis noches
Luz de sublime figura
Tu brillo es el perfecto broche
Como ti en el cielo ninguna.

Así es para mí la musa
Que provoca mi clamor
Compararla a ti bella escusa
Para demostrar mi amor.

Si este clamor fuera escuchado
Por la musa de mis pasiones
Estaría siempre enamorado
Declarando mil razones.

Preciosa luz de mi clamor
Símbolo de pasión y amor
Eres única, eres una
Desde hoy te llamas Luna.

Ahora por las noches, la Luna sale a recibir ovaciones, de los corazones enamorados que expresan el sentimiento de un clamor amado. Así fue como Dios le dio a esta dama la respuesta a su clamor porque ella lo que necesitaba era saciar el ser, que tiene cada mujer, de sentir un querer de quien la pueda complacer.


(Douglas Lacayo)