La hora del adiós

Hoy es la hora del hasta luego.
¿Y por qué no?, la de decirte adiós,

de dejarte atrás en mi pasado
y borrarte de mi corazón.

El celaje hoy me demuestra
con su mezcla de íntimo color

que tu época ya se ha ido
y que tu tiempo, al fin murió.

No me sigas, pues no te quiero
en el mundo de mi nueva creación.

No me abraces, pues mis caricias
anhelan el abrigo de otro calor.

Vete, que otro reciba tus palabras
pues para mí son maldición.

¡Largo!, que eres un veneno
para la luz de mi emoción,

muerte para mi propósito,
bruja para mi devoción.

¡Apártate de mí, engendro
de azufre y contaminación!

¡Por fin, de ti soy libre,
y te abandono a tu suerte… temor!