La huelga

Los vientos de hambre y miseria
Recorren las calles de la capital
Hordas humanas caminan aullando
Como fieras enardecidas
Se enredan entre los vientos de ira y de llanto
Esperan ser arremetidos por la fuerza represiva
Esperan ser fusilados por la indiferencia
Y morir luchando y morir luchando


Suenan al viento las banderolas
Llegan en grito al congreso los reclamos
A los padres de la patria le llega al culo
El hambre del pueblo la tristeza de los niños
El dolor de los enfermos, la ilusión de los jóvenes
La falta de camillas para atender a un enfermo
Solo cantos de sirena y disparos al cuerpo
De un maestro mendigo, de un policía delincuente
De una enfermera desnuda, de un medico sin sangre
De un minero con cáncer, de un cadáver sin identidad
De un revolucionario en las mazmorras
Caen impotentes sobre el pavimento
Y la lucha continua, la huelga no se levanta


Los tiranos de turno fungen pecho
Muerden sus corbatas y escupen bilis
Ordenan que la guardia capture lideres
Intoxique al pueblo con sus gases de mierda
Y lloren las sirenas entre la polvareda
Para que los niños no hagan nunca
Lo que hacen los grandes.


Hay pueblo, pueblo. Que gritas en las calles
Que lloras desde el alma tus necesidades
Que escupes sangre por los ojos, por tus manos
En tus pasos, en tus sueños en tu voz muriendo
Y resucitando y luchando y muriendo y viviendo
Para seguir luchando.

 

Sólo la clase de los que trabajamos tiene esa capacidad de paralizar un mundo, como así también de hacerlo andar, si fuéramos concientes del potencial que albergamos. Muy bella esta imagen de pueblo luchando por su dignidad. Un placer leerte, y dejame recomendarte un cuento de Jack London, con el mismo título, "La huelga general". Saludos!

 

mi buen amigo kore,te envío un gran abrazo y muy agradecido por tu comentario y una fraterna invitacion a seguir trabajando.