La inclemencia del desprecio

La inclemencia del desprecio

En días como este
Desearía no "tener el placer"
De, a mí misma, conocerme.
No envidie, pues, mi suerte...
A decir verdad, yo de usted,
Me apartaría.
Dado que el despecho
De una mujer no se
Soluciona con fruslerías,
Meras sonrisas condescendientes
Ni bienintencionadas galanterías.

Mi consejo es que se
Ponga usted a cubierto,
Se resguarde de mi furia asesina
Y se cobije del embate de mis
Desabridos vientos.
La tormenta cesará
En algún momento y,
Cuando el temporal amaine,
Tan sólo quedaré yo:
A solas y desnuda,
Temblando por la cruenta
Mordida de mi propia
Tristeza y amargura.

Abráceme entonces con
Premura y no me juzgue...
De rodillas se lo pido.
Porque es precisamente en días
Como este cuando desesperada,
Inequívocamente necesito
La templanza y la dulzura
De un buen y leal amigo.

 

Lo entiendo perfectamente... aunque nada pueda hacer salvo esperar... Gran poema amiga. Un abrazo.

 

Se agradece, querido amigo... a decir verdad, llevo unos cuantos días muy difíciles.

 

Gracias por compartir este bello poema que lo siento vívido. No sé si sea realidad o sólo inspiración pero me nace decir que pudiendo, siempre puedes contar con una amiga, aunque sea para charlar un rato. Escribes con mucho sentimiento.
Elisalle

​

 

Realidad e inspiración a partes iguales, Elisalle. Gracias :::hug:::

 

Muchísimas gracias por tu gentileza y apoyo, Reverendo; creo que es lo que más necesitaba escuchar hoy. Al fin y al cabo, la vida sigue...