la ley de la compensación

ella lo vio y se enamoró de él
de su forma de ser
de su maravillosa capacidad para beber cerveza
no influyó en su decisión de abrírsele de piernas
ni su mercedes deportivo
ni su ropa de marca
ni su casa en Acapulco
ni su cava repleta de añejos franceses
ni su yate con alberca

él la vio y se enamoró de ella
de su forma de ser
de su simpática manía de reírse por cualquier cosa
no influyó en su decisión de transferirle el 50 % de sus bienes
ni sus ojos azules
ni su hermosa cabellera rubia
ni la belleza de su rostro
ni el 95-60-95 brasileño de sus medidas
ni la redondez turgente de su culazo
ni sus piernas perfectamente torneadas

estuvieron juntos un tiempo
no mucho
hasta que la maravillosa capacidad de beber cerveza de él
y la simpática manía de reírse por todo de ella
fueron
eclipsados
junto con todo y los mercedes,
el yate, las acciones, las tetas como balones,
el culazo, los ojos azules, la habilidad para chuparla etc.

por el funesto alcoholismo del cabrón
y la rematada estupidez de la tipa...

 

Muy bueno.
Un placer leer estas dos caras de la misma historia.

Un abrazote

Joan