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La leyenda del Bibosi y el Motacú [Adaptación]

Tema en 'Poemas de Amor' comenzado por Kein Williams, 2 de Septiembre de 2019. Respuestas: 0 | Visitas: 800

  1. Kein Williams

    Kein Williams Poeta fiel al portal

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    30 de Junio de 2006
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    Género:
    Hombre
    Cuentan que en aquellas épocas
    en las que las calles eran de tierra,
    un hacendado en Santa Cruz de la Sierra
    tenía una hija adolescente que eran tan bella,
    que al que la veía enamoraba perdidamente.

    Un día saliendo del liceo
    un muchacho recién llegado
    al verla quedó tan prendado
    le dijo: ¿Han abierto el cielo,
    pues creo que he visto un ángel?
    Sonrojada ante su atrevimiento
    respondió: ¿Cómo osa un salvaje
    dirigirse a quien no es de su clase?
    No sabía que así iniciaría este cuento.

    En su percherona iba un día
    y cuando se dirigió a sus establos
    con sorpresa vio que aquel muchacho
    era el nuevo ayudante en la estancia
    le ordenó que cepille a la yegua
    y él con verla se llenó de esperanza,
    porque el corazón no ve la diferencia,
    y quien lucha sus sueños alcanza.

    Ella lo miraba desde lejos
    a escondidas, con disimulo
    a pesar del constante rechazo
    él giraba dentro de su mundo
    se había metido en su pecho
    y sentía mariposas dentro.

    Una noche escuchó una guitarra
    y una voz que le llegó al alma
    en la canción decían su nombre
    era él, frente a una fogata.

    Se acercó y él al verla se detuvo,
    Señorita, no quise despertarla,
    - No podía dormir, ¿usted la compuso?
    Sí, la escribí para alguien que no me ama.

    Pero es mía cada vez que la canto
    porque en vida no creo que se pueda,
    yo nací como un mozo en cama de piedra,
    ella es de alta alcurnia, criada en algodones.
    Aunque no tengo riqueza, yo le daría todo,
    pero son sueños que yo tengo, no pretendo aburrirla.
    - En realidad lo comprendo, a mí me pasa lo mismo
    ¿Le gusta alguien más rico? -No diga tonterías--
    soltando una sonrisa-- me gusta alguien imposible,
    alguien de condición humilde pero que quiero conmigo
    pero mi padre me mataría si es que de eso se entera,
    disculpe la molestia creo que no debería haberlo dicho.
    Y entonces él la besó, se besaron. Y así inició el problema.

    A escondidas se veían, con la complicidad de la criada
    quien hacía de compañía, para que nadie sospechara,
    que el mozo y que la niña, en secreto se entregaban
    como dos enamorados, a los que no les importa más nada,
    porque al amor no se lo detiene, cuando sale del alma,
    y el deseo se escurre, por los dedos, por la piel, por las ansias.
    Un día ella notó, que algo extraño le pasaba,
    tenía un retraso e hizo el conteo, era de 4 semanas,
    fue a ver al doctor en el pueblo a que la revisara,
    el diagnóstico fue contundente, estaba embarazada.

    Al principio tuvo miedo, necesitaba contarlo
    al llegar lo halló en el aljibe, le contó lo que sucedía,
    él sintió una explosión, que lo hizo saltar de alegría,
    entonces la estrechó en sus brazos y se dieron un beso.
    Pero oh de aquel que nació sin buena suerte,
    pues justo estaba presente, el padre recién llegado.
    Después de gritar improperios y ante tal escándalo,
    le dijo al capataz que lo amarren al cepo,
    y a pesar de los gritos de su hija, le dio 10 latigazos,
    al llegar el número once,
    ella gritó: ¡Él es el padre de tu nieto!
    Eso era el acabose, ¡Había manchado su nombre!
    Al golfo lo echó como a un perro,
    y ella castigada, encerrada en su cuarto.

    Había decidido enviarla a Europa,
    incluso le habían conseguido pretendiente,
    se casarían en una semana, para ocultar lo evidente,
    y el futuro esposo aceptaba ser padre suplente
    pues la fortuna a cambio, le daría la posición que atesora.

    Llegó el día del viaje,
    y ella en su habitación lloraba
    un papel arrojado por la ventana,
    que decía: Te espero en el prado,
    ya arreglé que te den un caballo,
    para que vengas antes que lo noten,
    yo quisiera poder despedirme,
    poder verte antes que te vayas.

    Sin pensarlo salió por la ventana,
    allí afuera alguien esperaba con el caballo,
    la llevó hasta donde los dos se encontraron,
    él al verla lloró pues sabía que iba a perderla,
    y en sus entrañas sintió el dolor que se aferra
    y que rasga cada vena, y que hiere hasta el cansancio.

    Se besaron por última vez,
    tenía en sus manos un plantín
    le dijo quiero plantar este árbol,
    como símbolo del amor que tuvimos,
    - ¿Nunca más te volveré a ver?
    Huye conmigo, este no es el fin
    tú y yo estamos enamorados,
    y yo quiero vivir la vida contigo.

    Antes de que pudiera responder,
    a galope venía su padre con sus peones,
    los caballos estaban lejos, no había salida,
    - Te amo, vete, no quiero que te hagan daño.
    Entonces juntaron sus labios, y él la estrechó en sus brazos,
    con toda la fuerza que le quedaba dentro,
    como aferrándose a ella, como si así no la perdería.
    Cuando estaban a unos metros,
    el padre le gritó que la suelte o lo mataría,
    entonces, él notó que pasaba algo extraño,
    ella no estaba respirando. Ella estaba sin vida.

    Quizás fue por el fuerte abrazo,
    quizás no soportó quedarse sin su amado,
    se escucho llantos, gritos, un disparo,
    y él sin vida cayó al lado del árbol que plantaron.

    Cuenta la historia que en ese lugar,
    creció un bibosi en motacú, el árbol plantado,
    una especie de ficus al que abraza una palmera,
    dicen que al morir aquella pareja su alma se depositó,
    en aquél árbol que ellos dos
    como símbolo de amor dejaron
    y que desde ahi a la eternidad los juntó. Así nació la leyenda.
     
    #1
    Última modificación: 2 de Septiembre de 2019

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