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La leyenda del plebeyo y el arbol

Tema en 'Poemas Góticos, ciencias ocultas y Misteriosos' comenzado por vanscoit, 3 de Marzo de 2009. Respuestas: 1 | Visitas: 796

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  1. vanscoit

    vanscoit Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    2 de Febrero de 2009
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    Una noche de la cual no hay precedente alguno. Mirando las estrellas amarse unas con otras formando mares, con tu apabullante recuerdo sobre las palmas de mis dos heladas manos, con el marco de tu foto bordada con lagrimas de un gato negro. Me encuentro en un obscuro bosque ¡Tan triste!

    En medio del bosque yace un árbol ¡frio! ¡Helado! Y majestuoso como la misma noche. El árbol guarda en sus largas y viejas ramas, historias de dolor y desesperanza ¡y yo lo miro!

    El árbol, con sus enormes ramas, me invita a contribuir con su sabiduría. Al cabo de miradas, sin preguntas ni respuestas, el árbol pregunta:

    ¿Y tú por que haz venido a buscarme?

    “Yo no he venido a buscarte” – Conteste con un sin sabor entre los labios–.

    Entonces ¿Por qué tu cuerpo yace sobre esta obscura noche, en medio de no se cuantos fósiles como yo? –Contesto con rabia y tintinando los dientes–.

    Pues caminando sin rumbo alguno, me encuentro contigo “no encuentro ciencia alguna en esto”.

    ¿Ciencia? Jajaja –Contesto con simpleza– tu cuerpo quedaría helado, sin rastro de razón alguna, si te contase todo lo que estas viejas ramas ocultan.

    Pues entonces anda, no demores, di lo que tengas que decir y lárgate de este lugar ¿Qué demonios no comprendes que pretendo estar solo?* –Exclame con una rabia, que no sabia que mi cuerpo ocultaba en sus mas siniestras llanuras–.

    ¿Por qué no mejor comienzas tu, con tu historia? Que al fin, la noche no es mas larga que tu abultada cabellera?

    ¿Abultada cabellera? –Conteste con aun más rabia, que la que ya había mostrado segundos anteriores a su imprudente comentario– Si tan solo miraras mas allá de lo que te permite tu obscuro y maldito bosque, te darías cuenta que no es para nada abultada, hay gente con cabelleras largas y obscuras como la misma catedral por la noche .

    ¡¡La gente me vale madre!! –Exclamo, con un tenue rojizo, formándose en sus ojos– La gente es tonta, dan pasos lerdos sobre escalera rechinchinantes y tan cortas que dan risa.

    Mi cuerpo se que de helado, mis labios no pudieron pronunciar palabra alguna a tan feroz comentario.

    Anda apura tu historia ¿Qué acaso no ves que la noche comienza a tejer su final? –Contesto con la calma reposando sobre sus raíces–
    seguramente ya tan dentro de la tierra que sin duda alguna llegarían al centro de la misma, tal ves ese fuera el motivo de su pestilente olor y su apabullante rabia –Pensé en voz baja que ni el mismo Lucifer pudiese escuchar a manera de susurro lo que dije–.

    Pues me encuentro reposando en esta noche, tan helada como la misma Alaska, pensando en mi amada “Teodora”, que se largo una triste noche, dejando entre las sabanas, el olor de la pasión desbordada una noche anterior a su partida, se marcho si despedida alguna , solamente dejando entre las sabanas, el olor de la pasión desbordada una noche anterior a su partida, se marcho sin despedida alguna, solamente dejando al espejo este viejo cuadro que aun mantengo sobre mis manos, impregnadas con el viejo perfume de “Magnifique de Lancome” color rojizo como una tarde pintada por un crepúsculo entre sus dos hermosos pechos que aun recuerdo con gran excitación y pasión. Aquella noche, en las encandilantes calles de una avenida de “Darkford” (Londres), bajo las miradas de los faros de aquella ciudad, fue el momento en que mi alma encontró un sitio para acoger la pasión que en ella desbordaba, recuerdo su mirar tibio, temeroso oculto por la pasión que resbalaba por su cuerpo esculturalmente moldeado, como si fuese creado por los mismos gerifaltes diabólicos tal si fuera un Succubus. El reflejo de su silueta reposaba sobre la cama, que mi mente fue incapaz de percibir lo que aquella noche ocultaba bajo sus feroces garras, esperando el final de la misma para tomar mi alma y sumergirlo en lava ardiente de la que mi cuerpo jamás pudo escapar. Noche tras noche recordando en el mismo balcón, aquel momento en el que mi cuerpo se fundió al de ella en tan amorosa acción, que mi cuerpo desvanecido ya se encontraba.

    El viejo y estrepitoso árbol me miro con un ojo a medio cerrar y ante mi ingenuoso mirar se desplomo como la hierba, tal ves fuese mi historia que hizo que se desvaneciera como aquella fría y helada noche. Y noche tras noche al mirar de aquella misma, triste y perra luna, maldita por las almas que valgan por el mundo sin salvación. Cabalga mi alma, montada de un fiero caballo, triste y temerario, blanco como la inmensidad, buscando a mi siempre bien amada “Teodora”.
     
    #1
    Última modificación: 3 de Marzo de 2009
  2. Chepeleon Arguello

    Chepeleon Arguello Poeta veterano en el Portal

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    Me gusta recibidos:
    286
    2) Se les recuerda que acá no deben publicar PROSA ni PROSA POÉTICA, ya que existe Mundoprosa para los relatos y el Foro de Prosa Poética para tales fines.


    Si desea cambiar la estructura del escrito para cumplir con la regla #2, envíeme un mensaje en privado. [FONT=&quot]
    Abrazos

    Chepeleón
    Moderador Foro Gótico
     
    #2
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