la llegada

anoche soñé que era astronauta,
y que me decías que sí,
aportando todos los sinónimos de compromiso
adquiridos a lo largo del futuro de la memoria.
ya no estoy tan seguro de que las cosas
tengan un inicio y un fin determinado.
¿puede tener principio establecido
nuestra primera palabra de amor?
¿acaso con el hielo arraigado entre las yemas
vendrá el final abrupto del calor
que tu nombre atiza en mi pecho?
soñé que escribía la angustia resultante,
pero me hablabas al oído:
mi corazón se abría como una nave espacial
para que lo visitaras.
ya ves que no estoy seguro ni de mi propio nombre,
de mis patronímicos,
y menos aún de mi comportamiento.
ya no estoy seguro de nada.
ni tan siquiera de la vieja experiencia del espíritu
por la devastada ruta en que crepitan
nuestras soledades acompañadas.
tan solo de la Filología, tan solo de
la Filología explicando el origen
de la lengua de Moraes en tus montañas.

 

Muy bien.
Puedes empezar de nuevo.
Debes conocer lo que no eres.
Y llegarás a una conclusión nítida y brillante.
Aquellas cosas que sí te sientan bien, y te convienen.

 

ay, coño,
tu romántica y filosófica filología me ha cautivado, tanto, que me ha gustado leer tu poesía, cabrón...
mi saludo y deseo de buena noche pa´vos, che

 

Yo tengo muchos sueños que no entiendo pero disfruto,
anoche por ejemplo, soné que ayudaba a dos conejos escapar de un hoyo. (Alice in Wonderland Mode)
uno cafe y otro blanco...mmmmm

Me paseo y dejo un beso sabor a fresa,