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La Llorona

Tema en 'Fantásticos, terror, ciencia ficción...' comenzado por Melquiades San Juan, 31 de Octubre de 2010. Respuestas: 8 | Visitas: 1192

  1. Melquiades San Juan

    Melquiades San Juan Poeta veterano en MP

    Se incorporó:
    3 de Diciembre de 2008
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    Género:
    Hombre
    Ensayo-arreglo-adaptación-intento de poesía, inspirada en una leyenda mexicana tradicional y del dominio público y representaciones teatrales varias, muy propia para la celebración del día de Muertos.


    Y llegaron…

    Como estaba dispuesto, así llegaron.
    Entre la mar
    las casas que flotaban
    con sus banderas blancas
    y sus cuerpos extraños
    se anunciaron…

    Así llegaron…

    Eran
    mitad bestia
    mitad hombre.
    De sus manos brotaba el rayo:
    era la muerte
    era el trueno
    eran los dioses que tanto tiempo
    habíamos esperado.

    Acá,
    en el Anáhuac,
    se juntaron los pueblos.
    Les miraban el rostro
    y escuchaban su lengua:
    <extraña>
    <misteriosa>

    Esa mujer&#8230;
    La Malinche,
    nos dijo que el chaparro y feo
    era Quetzalcoatl
    que volvía
    reclamando su reino.

    Pero el hombre del rostro chueco
    decía ser vasallo de otro rey muy poderoso.
    Quetzalcoatl no es vasallo de ningún reino
    Es el dios más poderoso
    -pensaron los nuestros-.

    Y así empezó la confusión.

    Ahí lo vi
    Era blanco como el sol
    y en sus ojos azules
    se extravió como en cielos
    mi deslumbrada alma.

    Luego supimos que no eran dioses
    que eran hombres,
    que sangraban y morían
    y que más que a su dios crucificado
    veneraban al oro
    y morían
    y mataban
    por él.

    Yo era una princesa
    de la estirpe de los grandes de este reino.
    Me ocultaban para que los bárbaros no me miraran,
    para que no me hicieran concubina.

    No hice caso
    Me salí por las calzadas
    para mirarlos ir sobre sus bestias
    envueltos en sus trajes
    color del espejo de agua
    de los días nublados.


    Él me miró
    y yo lo vi;
    me buscó
    y me enamoré.

    Dejé detrás mis credos.
    Mis dioses.
    Los brazos y besos de los míos.

    Me tomó como esposa
    y yo tomé sus aguas bautismales
    y su pan
    y su cruz.

    Nos nacieron tres hijos
    Don Diego
    Doña Inés
    Don Juan

    Diego era como su padre
    Blanco,
    de hondos ojos azules
    y cabellos rubios
    como pelos de elote,
    igual que Doña Inés.
    Solo Don Juan era como yo:
    Moreno
    con los cabellos negros como el cielo en la noche
    y sus ojos oscuros
    como el Mictlán sagrado
    donde esperan amantes nuestros dioses.

    Éramos tan felices
    que me olvidé de todo:
    Los reclamos dolientes de mis padres
    y el mirar despechado de mi pueblo
    padeciendo el dolor de la conquista.

    Sí,
    así llegaron,
    y un día&#8230;
    así se fueron,
    en sus casas de mar
    a recibir honores
    de los Señores Grandes
    de la tierra lejana.

    Él prometió volver:
    Volveré
    -dijo-
    espera&#8230;,
    cuida bien de mis hijos.
    Yo volveré.

    Mas los tiempos pasaron
    y sus gentes cercanas
    me volvieron la espalda.

    El hambre se acercó a nuestros hijos
    y rogué
    imploré por algo de comida.
    Mas nada conmovió
    a sus gentes cercanas.

    <Déjanos a Don Diego
    y a Doña Inés>
    -me dijeron-.

    &#8220;Ellos son de los nuestros&#8221;

    Llévate a Don Juan
    que se vaya contigo,
    ése es de los tuyos
    y&#8230;, ¡largo de mi vista
    india mugrosa!

    Entonces&#8230;

    Mis pasos se volvieron a los míos.
    <Tenemos hambre...>
    <No es por mí&#8230;>
    <es por mis hijos>
    -les dije-.

    &#8220;Te lo dijimos&#8221;&#8230;
    Recuerda&#8230;
    Y no nos escuchaste.

    <Déjanos a Don Juan>
    -&#8220;él es de los nuestros&#8221;-,
    y llévate a los otros contigo
    Ellos son de los extranjeros
    que nos han conquistado
    y tú&#8230;
    ¡vete con ellos!
    ¡Eres nuestra vergüenza!&#8230;
    ¡Nuestra desgracia!

    Después&#8230;
    Nada dijeron.
    Me volvieron la espalda
    y me fui con mis hijos
    a ningún sitio.

    Y el dolor de su llanto por un pan
    me destrozaba el alma.

    Esa noche callada
    me perdí en el caudal de la laguna.

    <Nos iremos muy juntos
    como nacen y crecen
    los granos del elote,
    donde nadie nos mire diferente
    y no se sienta el hambre en las entrañas>



    Primero solté a Don Juan
    &#8220;de apenas años&#8221;&#8230;

    Vi como el agua fría
    se tragaba su cuerpo
    silenciando su llanto.

    Después fue Doña Inés,
    y luego fue Don Diego.

    De mis manos sintieron el impulso
    que los hundía en el agua
    hasta alcanzar la muerte.

    Me miraron callados
    comprendiendo en su interno
    que era
    -la muerte-
    el único camino
    que no nos despreciaba.

    ¿Qué he hecho Luna Blanca?...

    ¿Qué he hecho Mujer que Duerme?...

    ¿Qué he hecho Guerrero que Humea?...

    ¡Señores del Mictlán&#8230; !
    ¡Este dolor me hiere&#8230;!

    Es blanda en su destrozo
    la hiriente hoja de obsidiana,
    al dolor lacerante
    que ha partido mi pecho&#8230;.

    ¡¡¡ He matado a mis hijos !!!&#8230;

    ¡ Haaaay mis hiiiijoooos!...
    ¡Hay mis hijoooooossss!
    ¡Hay mis hiiiijooooos!

    Regresé a Tenochtitlan
    envuelta entre mis velos de fantasma.

    No era yo.

    No era mi cuerpo.

    No era mi alma.

    Era el despojo de una piel que se secaba,
    liberada del hambre,
    y de todo conflicto por la raza.

    Deambulé por las calles
    oculta entre las sombras,
    que asqueadas...,
    me evitaban.

    ¡Haaaaaay mis hiiiiijoooos!
    ¡Haaaaay mis hiiiiijooos!

    ¡HAAAY MIS HIIJOOOS!

    Me esfumé con el hambre
    hasta volverme mito.

    Mi pueblo,
    que es hábil en descubrir
    todo tipo de misterio&#8230;,
    pronto descubrió,
    que ese ser que clamaba
    en las noches de luna
    era algo sobrenatural.


    << ¡Tonantzin Llora por su pueblo! >>

    << La Diosa Madre
    mira &#8220;el dolor de los vencidos&#8221; >>

    << Siempre llora >>

    Llora en noches de octubre,
    cuando
    desde la luna,
    mira los despojos
    de un pueblo sometido
    y dividido en la piel&#8230;
    y en el alma:
    y que...
    suplicante:
    la llama

    ¡Haaay mis hiiiijoooos!

    ¡Haaaay mis hiiiijooos!

    ¡Haaay mis hiiiijoooos!

    Luego vinieron los siglos&#8230;
    y la sangre se fundió con tanta sangre
    y el color de la piel se vistió de otros tantos colores
    que
    La Llorona
    Se quedó escondida
    en las páginas olvidadas
    de las viejas leyendas
    de nuestro frágil y doloroso pasado.
    Reviviendo de cuando en cuando
    como representación del teatro nacional
    por el Día de Muertos.

    Pero...
    En estos tiempos de terror
    el lacerante llanto
    ya se escucha de nuevo

    Se escucha por aquí
    y por allá.
    Sobre cuerpos sangrando por el suelo
    degollados en forma desalmada.
    Masacrados en escuelas.
    Por mujeres violadas y olvidadas
    entre los páramos solitarios
    o en los sucios basureros,
    sin que nadie haga nada

    Queda&#8230;
    un clamor sin silencio
    que ha dejado de llorar por sus hijos a solas
    y hoy
    derrama sus lágrimas
    en tantas casas
    ante tantas tumbas
    con rostro de mujer&#8230;

    Sí&#8230;
    El fantasma ha dejado su sitial de mito
    y se pierde
    en los rostros morenos.
    Y parece&#8230;
    que se han quedado vacías
    las luces de sus ojos
    para volverse llanto
    por las calles
    de lo que fue el gran pueblo del Anáhuac.

    Lamentablemente...
    Parece que el llanto
    apenas empieza...
    y se extiende&#8230;

    ¡¡¡ Haaay mis Hiiijooos !!!
     
    #1
    Última modificación: 31 de Octubre de 2010
  2. hectormaxx

    hectormaxx Moderador de FORO de GENERALES

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    Cronologia de lo que algun dia era un gran pueblo que lo disgrego gentes extrañas con otras ideas y sonsacando las costumbres impuestas cambiandolas por otras y quedando tanta desesperacion que el pueblo sobrevive en penas.
    Grato leerte.
     
    #2
  3. Rosa Reeder

    Rosa Reeder Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Estimado Melquiades gracias por tu aporte
    siendo sombras y ruinas de lo que sufre
    el pueblo Anahuac y aun continua es como
    una penitencia.

    Un gusto dejar mi comentario

    Saludos cordiales y *********
     
    #3
  4. Melquiades San Juan

    Melquiades San Juan Poeta veterano en MP

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    Ya sabes linda. Por acá nuestro pueblo en estos días se prepara con las ofrendas y los altares, y por todos los rumbos, grandes y pequeños, la flor de muerto esparce su color naranja oscurecido, como ese color que imita a ese sol nublado de los muertos, y viste sus camposantos de fiesta. Charla platica y llora, lleva ricas viandas, las que el difunto prefería, come con él; charla con esa voz, que sin ser muda, sabe romper todos los silencios que nos separan de los mundos corpóreos o descarnados, y revive con el poder de su tradición a sus seres amados. Les presenta a los nietos, bisnietos y tátara nietos, y le dice a sus difuntos, los tuyos seguimos aquí y estás entre nosotros siempre.

    De cuántas calles y plazas he huido con retazos de una tradición que se resiste a morir por la sustitución de otros fenómenos. Y en ese afán de entender y compartir se queda en el intento este fragmento de leyenda. Y de lo demás... sí, nuestras penurias se han hecho más cotidianas. Antes añorábamos a quienes tuvieron que partir por una oportunidad o un sueño. Las añoranzas se han vuelto criminales, hoy lloramos una realidad tan cruenta, presente en la familia del vecino, del amigo, y a veces... en la nuestra.

    Te mando un beso y todo mi cariño.
     
    #4
    Última modificación: 1 de Noviembre de 2010
  5. Melquiades San Juan

    Melquiades San Juan Poeta veterano en MP

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    Estimado hector.
    Así es la historia de toda la humanidad, la mezcla y el mestizaje. En donde las razas puras, son una presunción más que estúpida. De ahí teje su historia el hombre y la va contando y conservando a través de los tiempos
    Un abrazo amigo.
     
    #5
  6. Avelino

    Avelino Poeta veterano/a en el portal

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    Muy buena Melqui, esta versión tuya de La LLorona. Es refrescante y conmovedor. Gracias por compartirla.
     
    #6
  7. Melquiades San Juan

    Melquiades San Juan Poeta veterano en MP

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    Gracias Avelino. Algo escuché en estos días, y se me ocurrió retomar esa leyenda e intentar algo para los amigos poetas que asisten a nuestro portal de poesía. Ha sido un placer compartirlo. Abrazos.
     
    #7
  8. armak de odelot

    armak de odelot Poeta asiduo al portal

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    25 de Octubre de 2010
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    Me ha encantado tu escrito. Es muy requetebueno. Gracias por dejarnos leerte y animo para seguir construyendo voluntades con alma.
     
    #8
  9. Melquiades San Juan

    Melquiades San Juan Poeta veterano en MP

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    Gracias a ti por leer. Abrazos.
     
    #9

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