La Loca y el Idiota

Ella estaba loca y yo era un idiota que le creía cada una de sus locuras, porque en esa época yo, más que el sexo necesitaba dos cosas: amar y creer.

"Te hice mucho daño pero no me odies, te amo", me dijo llorando cuando se fué. Se subió al bus internacional y en la ventanilla seguía llorando, pero esa locura no se la creí.

Y ahora, años después la creo y no sé porqué. Pienso que además de idiota me volví loco. Eso le contaba hoy a mi cerveza.


J.L.Remualdi

 

Vaya, interesantes letras nos dejas, quizás me veo reflejada en ella, no lo sé. Solo te puedo decir una cosa, el hecho de dañar al ser amado, no dice que uno no ame, dice más de nuestro egoísmo, pero no quiere decir que no se ame. Solo puedo hablar por mí, no puedo abogar por la autenticidad de sus sentimientos, ni las razones por las que ella se marchó; pero por lo menos te arriesgaste a amar, así como solo pueden hacerlo "los locos y los idiotas" (tal como indicas en tu tema). Saludos.

 

Muchas gracias a tí. Es un tema espinoso pero sus espinas siguen siendo más dulces que agrias.