La lógica de mi amor verdadero

Amada mía,

Te escribo desde la lejanía de mis sabanas de angustia, no para compartir la tristeza a tu lado, sino que, a pesar de todo, tenerte entre mis suspiros repartidos hacia esto tan nuestro.

Te escribo porque tu amor perfecto hace volar mi dolor y lo apaga por completo en medio de las cosas funestas de la longitud de la desesperación y la intranquilidad del alma, que se expresa en la voluntad de tu ternura y mi ser en tenerte.

Es por ello que te sueño, te sueño como la esperanza de mi vida y la carne suave que algún día mis manos desean tomar para elevarte a plenitud en mis altos montes del amor en el desafío.

Y por esto te escribo, porque en ti las razones son infinitas y por ello eres más que mi infinito y mi añoranza para ser el ser más feliz del planeta.
Ya no seré poesía, seré poesía con fuerza y pujanza; algo que robe tu inspiración para respirar, para ser de mí mismo, tu respiración.

Y por ello ya no sueño, realizo. Alma en tu alma soy y boca en tu boca me reflejo en esta historia que lees en tu momento de secreto y complicidad conmigo, pues yo, yo soy labios que poesía dice y manos, manos que escriben un sueño, una esperanza, una fantasía para muchos, un silencio para los muertos, un algo llamado corazón, un poema no más.

Así que tu fuerza de ternuras me ha impulsado a escribirte o a soñarte, no lo se, pero lo que sí sé, es que me comprendes como la lluvia en plena tormenta y la brisa que refresca mi pesar, más tú, todo lo eres.

Mis sabanas ya se amargaron por el paso de las flores rojas que golpearon con sus espinas mi piel al arroparme, y, a lo mejor ya fueron más desdichas olvidadas pues tuve la entereza de escribirte el amor en un acto, en el hacerlo sin ti, sin ninguna. Lloré de amor o lloré de desgracia agradecida, porque al final eres mi recuerdo nunca tardío que ha suspirado en mi lecho por tal amor y tal efecto en mis manos.

Amada mía, bien se yo que el fin está cerca y los caminos del ocaso terminan en ti y en tus lindos ojos en esos que me miran azules el alma y estremecen mi interior de esto y esto realidad. Me siento perfecto e imperfecto a la vez, y me siento pleno al derramarme; al ajusticiarse la verdad en mi piel y dejar claro que muero por una caricia irreal que se quema en mi paz... mi ser.

Te escribo desde la lejanía de mis pensamientos, mas libre que el mismísimo cielo y más abundante que la nieve que se ha agolpado en la tierra de mis milenios. Pero soy mil entre los hombres que aman y se congelan, un hombre que pertenece a la locura del hidalgo y nada más tiene una imagen que se identifica con tu nombre. Soy así feliz.

Quiero decirte vida mía, que todo en ti me hace falta, y que sin quererlo, me llenan tus cartas de concreto de amores, vaciado en los alambres que componen mi cuerpo y por qué no, estas letras.

No te diré que te amo, pues tú, ya lo sabes de sobra
y si por alguna razón estás dormida o estás en la otra vida absorta,
ya entiendes lo que te digo fuera de esta pantalla fría
en la que te mando esta lógica respuesta
de mi amor verdadero.



Para ti

 

Una bellisíma carta de amor poeta,unos bellos sentimientos cargados de un infinito amor,ese inmenso amor que ha conseguido llegar a lo más profundo del alma....hasta hacerla estremecer...y dejarle sin palabras....

Por siempre......

Recibe todo el calor de mi cariño....

Brisa de otoño.

 

Gracias eternas e infinidad.


Elik.