La lumbre de mi alrgria

Hoy fluye sereno,

una llama fuerte y cálida

brota en mi interior

iluminándome el día

y deseo que sea así siempre.

Aprovecho y hago alargar

cada momento,

saboreándolo.

Observo cual es la señal de este bienestar,

intuyo que es la ausencia de malestar.

Me alegro por la luz de la calle,

por el aire cálido del día,

por el olor de mi cuerpo,

por las plantas de mi terraza.

Es un sueño al despertar

y quisiera no dormirme nunca

para que no se lleve Morfeo

la lumbre de mi alegría.

Nadie como yo

sabe valorar las cosas pequeñas

de un día de bienestar,

de “normalidad” para otros.

Es una alegría más que ellos no tienen.

Yo veo las cosas con un color diferente.

Me acostumbré a la “lucha”

de hacer “lo cotidiano” cotidiano,

de pasar inadvertida

por un sendero lleno de tropezones

por donde los demás no iban,

a sonreír en el cruce,

a no querer sentir mis tripas.

Pero merece la pena

caminar un día entero

por una parte de la vereda

en que ni una piedra se te cruce,

ni que la lluvia arrecie,

por la parte del sendero

por donde muchos van

tantos días sin apenas darse cuenta.

 

El final es triste. sin darse cuenta, frente a
esa serenidad planteada en todo el poema que
se apropia de los volumenes que te rodean.
todo en conjuncion, perfectamente anclado, en el tiempo
y en esa sensaciones intimas, agusto con los alrededores
que no comprenden esa melancolia sincera.
saludos amables de luzyabsenta. excelente.

 

Nos muestras que el interesarse por los pequeños detalles cotidianos puede ser un motivo de felicidad para quien sabe apreciarlos.

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Un gusto tu comentario. Si, hay una tristeza que sin yo querer que salga, tiene vida propia .
un abrazo
maria

 

Un placer tus palabras, Maramin
un abrazo
maria

 

GRacias amiga por tu respuesta al comentario
sobre tus versos. un saludo y me invito a leerlo
para conseguir apreciar mas el fonde interesante
del poema.
saludos amables de luzyabsenta