La luna me sonríe

Sé quedó la locomotora
y esperamos el próximo tren.
será larga la espera, puede ser,
será corta, esta vez.

En la ansiosa espera
se me ocurre mirar el cielo
y la descubro, y la veo
la luna me sonríe y me guiña un ojo.

Llegaremos quince minutos
más tarde de lo previsto,
pero a mí no me importa
la luna me sonríe y me guiña un ojo.

Es una blanca media luna
contrastando en un negro cielo,
con algunas estrellas poco brillantes,
que parpadean y titilan
pero lo superlativo es ella, la luna,
que me sonríe y me guiña un ojo.

-¡Atención, llega la nueva formación!-
"Adiós, blanca media luna,
espero verte pronto".
Ahora yo me despido
le sonrío y le guiño un ojo.

 

Desprendida la última luna y aun dormida
ha golpeado la soledad el cristal de mi mirada,
desbordando la humedad contenida.
Te marchaste, mujer que te sentía amada.



Un verdadero honor leerte en esta romántica composición, tus versos no menguan y coronan en luz la grandeza de tu poesía. Mis sinceras felicitaciones poeta.

 

Que la luna te sonría siempre...
Abrazos amigo mío por tan bonito poema.