La magia perdida

Te deshojo en cada margarita;
tus restos se elevan
junto a los átomos de una tristeza longeva.

¿Por qué no te has ido?
Sigues como duendecillo
cuidando a tu amado tesoro.

Y tu tesoro es solo un cofre vacío
arrastrándose al borde del precipicio
para hablar con la luna.

La luna, una hechicera sordomuda
a quien todas las noches le pregunto
¿A dónde va el amor?

Su respuesta se limita al movimiento
del ramaje y a la aparición,
de un trébol de cuatro hojas.

Mis manos de cera alzan pajarillos azules
hacia los árboles desnudos de dolor

Tanta belleza abunda en este paisaje
y yo no hago más que aguardar
el eco del pasado silbando en el presente.

Me duermo en la cálida llanura
no sin antes guardar tu recuerdo,
en cada capullo, en la víspera de su eclosión.

Naces en las margaritas que desfallecen
Por la nimiedad de su ser,
Ante el amor que albergan en su seno.

El duende cuida de su cofre
y el tesoro, en el aire se duerme.

Sara Montaño
Derechos Reservados

 

vaya hermosa manera de escribir y crear maravillas en tus versos e imágenes, un placer haberte leído poetisa, mis estrellas y cariños siempre

 

Sara: exquisitas palabras
http://andreszuniga-escritor.blogspot.com.ar/