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La Maldición del Libertador y Hugo Chávez

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por guerrero verde, 7 de Marzo de 2013. Respuestas: 0 | Visitas: 1079

  1. guerrero verde

    guerrero verde Poeta veterano en el portal.

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    La Maldición del Libertador y Hugo Chávez*


    Según profesaba un comunicado oficial de un país en vaivenes políticos, dentro de la Quinta de San Pedro Alejandrino, Santa Marta, Colombia. Un 17 de diciembre de 1830, “a la una y tres minutos de la tarde, murió el sol de Colombia”.Es así que se proclamaba oficialmente la muerte de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios Ponte y Blanco, más conocido como Simón Bolívar; quien en vida fue Libertador de Bolivia, dictador del Perú, dictador de Guayaquil, Primer presidente de la Gran Colombia y dos veces presidente de Venezuela.


    Ciento cuarenta años más tarde, el difunto Presidente Hugo Chávez -amado y odiado como lo fue el mismo Simón Bolívar- tiene una empedernida idea que deja boquiabierto al mundo entero, desatando sonrisas entre los mayores, horrores en los profesores de historia y curiosidad en ciertos jóvenes. Se establece y aprueba (en un mismo acto) la exhumación del libertador/dictador Simón Bolívar.La noticia parece sacada de un pasaje de “El General en su Laberinto” de Gabriel García Márquez. Era un suceso curioso y propio de un dictador en Macondo, y es que por momentos me daba la sensación que el señor Chávez era una versión trastocada de Simón Bolívar y estaba tratando de hacer de la cálida Venezuela un desierto seco y surrealista.


    Puede sonar bizarro y divertido, pero no obstante ello, los huesos del señor Bolívar han sido movidos tanto como sus ideales políticos movieron a la joven América. El discreto entierro de Bolívar se dio en la suntuosa Catedral de la Santa Marta y sus restos durmieron en silencio hasta el 22 de noviembre de 1842, cuando se decidió exhumar por primera vez al Libertador para ser trasladado a Venezuela, según exigió en su testamento, el cual fue acatado recién 12 años después de su muerte.


    Un mes después los restos arribaron a Caracas donde descansaron en la cripta de la Santísima Trinidad de la Catedral de Caracas, junto a sus padres, dos hermanas y esposa. El Libertador ahora dormía con su familia. Así yació el Dictador, hasta que en 1947 se empezó a retorcer al escuchar que Andrés Eloy Blanco quería cambiar su sarcófago de plomo al considerar no era digno para un héroe. Cuarenta y cinco años más tarde, se da la segunda exhumación pasando sus restos a una elaborada urna que fue envestida con una bandera soberana de Venezuela tejida por manos inglesas. Un gran país colonialista europeo había elaborado la bandera que cubriría los restos de uno de los libertadores más famosos de la historia americana.


    Pasó el tiempo y los huesos de Bolívar pensaron que había llegado por fin el descanso, pero el Libertador fue presa del más grande de sus hijos ideológicos: Hugo Chávez. Un 16 de julio de 2010, los huesos de Simón Bolívar volvieron a ver la luz para ser analizados y procesados, y es que señor Chávez consideraba que el Libertador no había muerto de tuberculosis como dicen los libros de texto, sino había sido asesinado. Asesinado o no, la Unidad de Criminalística del Ministerio Público de Venezuela nunca llegó a comprobar la existencia de tuberculosis en los huesos de Simón Bolívar, dejando la duda (y la pantalla de humo) entre las multitudes.


    Por fin, luego de tanto trajín, los huesos de Simón Bolívar se fueron a dormir en una nueva y reluciente urna de metacrilato sellada al vacío con detalles en oro, la cual a su vez fue puesta en otra urna hecha de cedrillo llanero oriundo de Venezuela con un reluciente escudo de oro y cubierto con una bandera bordada por mujeres de las siete diferentes zonas de Venezuela. Fue un acto que parecía orquestado por la Obertura 1812 de Tchaikovski, pero nadie se dio cuenta que sonaba en verdad “El Trino del Diablo” de Giuseppe Tartini, naciendo así la Maldición del Libertador.


    Ahora bien, podríamos dejar la historia en este punto, pero como diría Mercedes Sosa ya hemos salido a “caminar por la cintura cósmica del sur” y en nuestro continente pasan cosas tan curiosas que aún nos falta un tramo de la playa por caminar.


    Cuando el difunto presidente Hugo Chávez exhuma los huesos de Simón Bolívar lo acompañaron, directa e indirectamente las siguientes personas; (i) Luis Tascón, diputado de la Asamblea Nacional Venezolana; (ii) Alberto Müller, general en retiro y miembro fundamental de del PSUV; (iii) William Lara, exgobernador del Estado Guárico; (iv) Lina Ron, principal activista del chavismo; y (v) Clodosbaldo Russian, quien fuera Contralor General en aquel entonces.


    Enumerados todos los personajes, les contaré el final de cada uno:


    i) A Luis Tascón lo atacó una mutación genética que afectó su producción de células en la zona del colón. El señor Tascón, en otras palabras, murió en agosto de 2010 de cáncer al colón. La primera víctima de la Maldición del Libertador atacó a los pocos días.


    ii) Durante la madrugada de un sábado 14 de agosto de 2010 muere el General Müller, ante lo cual Hugo Chávez pronuncia con tristeza “vaya que noticias en estos días, ha muerto ahora mi general Muller, pues suenen la Diana Carabobo”. La segunda víctima del Libertador cayó.


    iii) El 10 de septiembre de 2010, el exgobernador William Lara estaba en su automóvil por la Troncal 2 a la altura del sector Uverito, cuando a causa de la lluvia y un empujón de Simón Bolivar, su vehículo perdió el control cayendo frenéticamente al río Paya. El exgobernador muere ahogado.


    iv) La excéntrica Lina Ron amiga y seguidora política de Hugo Chávez, con sus fieros gritos y flamante cabellera rubia, murió un 05 de marzo de 2011 a causa de un infarto miocardio. Yo creo que en ese momento, con la caída de la cuarta víctima de la Maldición del Libertado, a Hugo Chávez le empezó a sudar las manos.


    v) Clodosbaldo Russian fue uno de los encargados de avalar las controvertidas prácticas de Hugo Chávez durante su gobierno, y así como tan curioso es su nombre fue su muerte. Producto de un accidente cerebro vascular isquémico el 22 de abril del 2011, el señor Russian es internado en una Clínica de La Habana muriendo en junio del mismo año.


    Con la muerte del “militante de la paz” habían caído las cinco víctimas de la Maldición del Libertador y Hugo Chávez se escondía entre los pasillos de una clínica Cubana del fantasma de Simón Bolívar. Pero al igual que la maldición Tutankamón, el fantasma de Simón Bolivar no iba a descansar, y durante la tarde del 5 de marzo de 2013 (si es que no fue antes), exactamente dos años después de la muerte de Lina Ron, el presidente de la República Bolivariana Hugo Chávez muere decretándose siete días de duelo nacional, como si se tratarán de los “Funerales de Mamá Grande”.


    Esta fue la Maldición del Libertador, una historia paralela de la que no se habla mucho por su misticismo y quizá sea pura coincidencia; pero me gusta imaginar a Simón Bolívar volviendo a entonar en su uniforme rojo, azul y dorado esa frase que dice:“Juro por el Dios de mis padres, juro por mi patria, juro por mi honor, que no daré tranquilidad a mi alma, ni descanso a mi brazo, hasta no ver rotas las cadenas que oprimen a mi pueblo por voluntad de los poderosos”.


    *El presente texto no tiene ninguna intención y/u orientación política, limitándose a ser un recuento de hechos, que novelados, pretende causar un poco de intriga en la gente.
     
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