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La mirada perdida (dedicado a luisrubio)

Tema en 'Poesía Surrealista' comenzado por Orfelunio, 9 de Mayo de 2010. Respuestas: 5 | Visitas: 972

  1. Orfelunio

    Orfelunio Poeta veterano en el portal

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    Dedicado a, e inspirado por
    Luis Rubio

    La mirada perdida




    Me miro a los ojos
    al conversar conmigo,
    veo la cuenca del ojo, sin ojo,
    con el otro ojo que miro.

    Estoy incompleto,
    y me corto una oreja,
    una mano, un huevo,
    un pulmón y una pierna,
    y terminado me veo completo,
    la cuenca del ojo, sin ojo,
    con el otro ojo de espejo.

    Y ya son dos, pero en uno,
    como el huevo, que los hay
    de dos yemas, y las yemas
    son dedos, que la natura nos da.

    En un millón de años
    tendremos dos, o tres, o cuatro quizá,
    o puede que cinco, penes en su sitio;
    en las rodillas, en el pecho, en la frente,
    en los dedos.

    Será el amor cosa de mundos
    y la natura nos dará,
    lo que siempre fue un deseo
    carnal y natural:
    “tener más de una cama donde dormir,
    donde rezar, donde mentir, donde llorar,
    donde querer, donde sufrir y donde holgar;
    donde me veo la cuenca del ojo,
    sin ojo, con el otro ojo al mirar"

    Me voy a acostar,
    y mañana habrán levantamientos;
    yo quiero uno, para verme
    la cuenca del ojo, sin ojo, con el otro ojo,
    y ser parte de la vida, cuando la vida se parte,
    y una vez partida, la mitad es sólo parte,
    como el ojo que mira
    hacia el más allá, que ya es pasarse;
    y lo real, cuando se hace fuerte,
    ve la cuenca del ojo, sin ojo, con el otro ojo
    que es la viva muerte.

    La lluvia era mentira,
    el granizo también,
    la nieve ficticia,
    y el sol, un calor que no se ve.

    Si un frío se siente
    por la falta del Es,
    en la muerte se miente,
    la vana simiente
    que en la vida ha de ser.

    Le cantaba a una aurora,
    una mañana la sien,
    que pensándose viva,
    al llorar ya no llora
    en el fuego que aviva
    quemándose bien.

    Cantaré a la mañana,
    si al albor, se ve blanco,
    resplandor que deja estanco
    si la mañana me acompaña.

    Cantaré a la bella aurora,
    si la aurora son tus lunas,
    desierto amor las dunas
    de arenas cautivadora.

    Yo, arena de otro mundo,
    nada siento sin lenguaje,
    y desnudo estoy de traje;
    siendo el verso tan profundo,
    que el sentir sin equipaje
    es ser rey que sin el paje,
    mira y piensa iracundo
    que se conspira por el aje
    quien se inspira con el deje,
    y se queda cual facundo,
    tan hinchado y rubicundo,
    como inflado esté en su peje
    sin las horas y en segundos.

    Y en la oleada blanca,
    mi canción de otoño gris
    se pavonea en la flor de lis
    y aroma luz de áurea branca.

    Visible llama del viento,
    fugaz fulgor de frío oficio;
    tranquila sombra a su servicio,
    amo y señor de su lamento.

    Camino de aguas tranquilo,
    en la umbra del paseo,
    y a la mitad del deseo,
    parte roma, parte filo;
    mares, sueños rojos de Morfeo,
    ríos, albores fértiles de Nilo.

    Ocaso en cándida niña,
    vestido, que en pureza mantiene en vilo;
    muerte en un paso hacia el silo,
    lagar… donde la viña se hace vino.

    Esencia bebida.
    ¡Qué dulce muerte, saber que soy parte
    y debida deuda a la vida!
    Transformado por obra de arte,
    sin semántica ni aurora;
    por expreso deseo de amarte,
    la tierra que naciste
    ahora te implora.

    Soy un ciudadano ejemplar
    en el país de la muerte,
    donde sobran templos
    y nunca se vuelve;
    soy la alfombra del mundo,
    la sombra del mudo,
    que sin sombra, ni habla ni puede.

    Ya se acaban los mundos
    en los mundos que quemen;
    los mundos sin llamas,
    son los mundos que mueren.

    Y hubo un mundo en la fragua
    que vivió para verte,
    tú, vestida de gala, vida…
    Yo, al vivir soy la muerte.

    Cuando conmigo converso
    me miro la cuenca del ojo,
    sin ojo, con el otro ojo de suerte,
    que es el ojo que mira…
    La mirada perdida
    en la viva parte de muerte.​
     
    #1
    Última modificación: 25 de Julio de 2010
  2. Angel Felibre

    Angel Felibre Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Bueno, no sé qué dirá Luis. Yo me he quedado sin el ojo que no es ojo o con la Cuenca vacía, o no sé si era Ciudad Real o Albacete.
     
    #2
  3. Orfelunio

    Orfelunio Poeta veterano en el portal

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    Es lo que tiene la cuenca del ojo sin ojo, cuando la miras con el otro ojo. Un abrazo Ángel
     
    #3
  4. Es una respuesta tardía pero igualmente sincera: me siento halagado por alguien que probablemente haya compartido conmigo algo más que las coordenadas.
     
    #4
  5. Orfelunio

    Orfelunio Poeta veterano en el portal

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    Sí Luis, la dimensión espacio temporal. Un gran abrazo
     
    #5
  6. LUZYABSENTA

    LUZYABSENTA Moder Surrealistas, Microprosas.Miembro del Jurado Miembro del Equipo Moderadores

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    Bello homeje visto desde esa extendida experiencia de la cuenca
    vacia que mira el otro ojo. la voz es mirada y se contrae.
    felicidades. luzyabsenta
     
    #6

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