La muda protesta

Me quemo en la flama de la injusticia,
duele esa rabia con la que golpean
tus ebrias palabras enfermizas,
bajo la sombra de tu inmundicia
siento tus pies que estropean
mi muda protesta omisa.

Mutila tu labia que me arropa
amenaza la llama en tu mirada
oprimes en silencio mi copa,
pisoteas mi voz apagada.

¡Basta! de coser con hilos la boca.
¡Cesa! de rociar con sulfúrico mi herida.
Ponle... a tu loca impaciencia refreno.
Detened...la mano de piedra que galopa,
¡marginando mi moral desvalida,
calada por tus dardos de veneno!
​

 

Protestando ante tanto dolor, ante tanta necedad, ante el desenfreno de la frivolidad, el flagelo idiotizante de este mundo de petróleo, que de a pocos una masa deforme, negra y olvidada...

 

Hola Isabella, te dejo algunas sugerencias a tu texto.
abrazo
J

 

Queda explícitamente expuesta tu protesta en la que ardes interiormente por ser injustamente su diana.
Duele no poder esquivar esos dardos quie en tu moral se clavan.
Te acompaño con estrellas y este latir vital.
Vidal

 

Muda protesta que deja de serlo en tu poema, como no protestar ante tanta injusticia y violacion de los derechos mas fundamentales. Buenos versos Luna Isabella, un placer pasar por ellos.
Saludos.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX a tu buena pluma y sentir.

 

Te veo en alza, amiga Isabella. Yo te sugiero en la última estrofa el cambio
Basta! de coser con hilos mi boca.
o bien
Basta! de coserme con hilos la boca.
La redundancia en este caso no parece ayudar, la idea es clara y no sé hasta qué punto es interesante reforzarla. Pero, aparte de eso, creo que has ganado mucho en poco tiempo. Me ha encantado esa imagen poderosa de la mano de piedra que galopa, es algo así como una metáfora del poder supremo que ejercen los unos (pocos) contra los otros (los muchos), un poder rudo (de piedra) y de veloz avance, casi vuelo hacia los súbditos que se subordinan inopinadamente. Nadie de ellos ha sido preguntado.
Añado que me ha encantado tu vocabulario muy válido, sin ningún error. Me ha encantado reconocerte en estas líneas, Isabella. Por cierto, la idea de coser la boca, hilándola, no es nueva, pero es muy grato que te hayas atrevido a utilizarla en una poesía que puede verse afectada por algo tan dramático en boca de su propia protagonista. Es una machada auténtica, valiente. Un gusto, abrazos