La Muerte de una Rosa

En la cadena de tu condena
con recuerdos
eslabonados
fui el quiebre estruendoso
del hoy con tu pasado.
No quise ser
La palabra-promesa incierta
de un mañana esquivo
sino el grito urgente
del presente
que se clavó en tus oídos.
Por ti fui martillo, clavo,
grito de luz infinito.
Te entregué todos los océanos
en una lágrima, comprimidos
y te ofrendé en un grano de arena
todos los desiertos del mundo.
Y tú dejaste morir una rosa
en una noche de frío...
No tienes perdón.

​

Eve V.Gauna Piragine.

​

 

Vaya historia la que plasmas en tus lineas, aunque difiero un poco, la vida sigue, y a pesar del dolor, siempre se podrá continuar, muy bueno tu escrito, se siente esa tristeza, pero vendrán cosas mejores, saludos.

 

Conmovedor, bello, hermoso, una divinidad preciosa.

 

Gracias C.A. Es verdad lo que dices, todo continúa mientras estemos vivos. Un beso.

 

Gracias Jorg, tu siempre tan entusiasta! Un besito.