La muerte física y astral

La muerte física viene
cuando la respiración
falla y orgánicas células
irrumpen en corrupción;
en cambio la astral consiste
en la total dispersión
de todos los vitatrones
que están en constitución
por vida en los astrales.
Del cuerpo que abandonó,
el ser pierde su conciencia,
y del sutil la adquirió,
en el mundo celestial.
Y en lo astral perdió
la consciencia en lo celeste,
porque al instante pasó
a la consciencia carnal.
Y esto constituyó
ciclos de confinamiento
de la humana condición;
inevitable destino
del sin iluminación.
Sobre el cielo y el infierno,
despiertan definición,
las sagradas escrituras,
en alguna situación,
más allá del subconsciente,
de lo que experimentó:
el gozo del mundo astral
y terrenal decepción.

Basado en el capítulo 43, La resurrección de Sri Yukteswar, del libro, Autobiografía de un Yogui, de Sri Paramahansa Yogananda.
Castro. 15 de marzo del 2018.

 

Una vez muerto el embalaje nos toca ocupar otro espacio.
Un placer.
Saludos.

 

Bueno Castro ya sabes que creo en la trascendencia del alma, y el traje físico se convierte en cenizas. Aunque yo dejaré en mi testamento que antes de la incineración esperen a un mes.

De lo terrenal ni te enteras, salvo los parientes, que deben trabajar el desapego. Por suerte tengo mi familia, sobre todo mi hija que me acompaña con sus propias creencias.-
Un abrazo Castro.

 

Muy cierto, pero díselo a la ciencia y de tí se reirán.
xisten infinitas dimensiones reales, ya en el libro de COU de matemáticas lo demuestra. Cuanto mayor sea su número mayor es su grado de consciencia mas nosotros en la dimensión vital estaremon medios dormidos y no digamos en la mental, salvo raras escepciones. Lo que sí es que cuanto más desarrollado tengamos el ser psíquico, más conscientes allí seremos.
Cordiales saludos y gracias por compartir conmigo tu creencia.
Castro.

 

El alma es lo único verdadero porque es una chispa de la divinidad. Lo demás, cuerpo, vida y mente, son simples accesorios, burdos instrumento para esta burda tercera dimensión.
Buena idea lo de la incineración.
De lo terrenal puedes estar apegado durante unos tres años, y tener la capacidad de sugerir al entorno familiar por medio de la intuición, que suele ser el sentido preferente en el mundo vital y mental mas como no tienes intrumento de manifestación solo puedes comunicarte cuando los demás duermen y ellos lo perciben como sueños.
Bonito tener un retoño, aunque tenga creencias diferentes.
Un fraternal abrazo.
Castro.

 

Muy bueno. Felicitaciones a tu pluma, amigo.
Una abrazo.

 

Gracias por leer y comentar.Saludos.

 

Tu poema, muy bueno, porque pone a la gente en debate, aunque en éstos momentos no tengo mente, (estado febril),pero tengo alma, que aún no sé adónde irá cuando mi cascarón físico muera. Me ha encantado tu poema y me da una buena esperanza a mis constantes preguntas. Saludo cordial, compañero.
Azalea.

 

Existen infinidad de tratados sobre la inmortalidad del hombre que la ciencia trata de silenciar por no encontrar el camino. Esto se encuentra en el campo de la psicología profunda y no la de la actualidad que apenas conoce el subconsciente y le da un sentido de totalidad.
El alma es una chispa de la divinidad y no tiene dimensión como el cuerpo, vida y mente. Es la que preside estos planos y que la mayor parte de las veces los deja ir a su incorrecto alvedrío.
Cuando dejamos el cuerpo vamos al plano vital que es el de la vida y de las emociones y estamos de forma intuitiva relacionados con la tierra unos tres años; despues al morir en este vamos al plano mental o causal y vivimos en el anterior y éste de acuerdo con nuestro vagaje. Al terminar en el plano mental vamos al universo psíquico donde asimilamos la esencia de nuestras experiencias. Después regresamos a la tierra para empezar otra experiencia, y así sucesivamete hasta que nos liberemos de las formas más o menos sutiles e ingresemos en el infinito. Claro que antes pasamos por el baño del olvido, como ha dicho el iniciado Shakespeare.
La respuesta a tus preguntas las puedes encontra en las obras de Sri Aurobindo que lo explica de forma intelectual.
Un abrazo y que la fiebre desaparezca,
Castro.