La mujer que no conozco

Aún no te conozco,
pero en ti puedo soñar,
tus ojos no he visto,
pero los puedo imaginar.

Ni siquiera sé cómo te llamas,
en eso no quiero pensar,
pero si pienso en que me amas,
tus labios dulces puedo saborear.

No sé cómo es tu cuerpo,
ha de ser una pieza escultural,
aunque has de valer por lo que llevas dentro,
no por tu belleza artesanal.

No tengo idea de lo que soportas,
sin embargo los niños te han de gustar,
si, tendrás algunas derrotas,
y serás muy sentimental.
Serás tan frágil como una flor,
pero fuerte como una fortaleza,
tendrás el tamaño de mi Dios,
y la humildad en tu cabeza.

Tendrás el alma tan grande,
y la debilidad en todo tu ser,
¿llegaras temprano o tarde...? no lo se,
¡pero vas de llegar! y nos vamos a querer.

Con esas estupendas cualidades,
la mejor esposa tu has de ser,
también traerás debilidades,
pero con todo te he de querer.

“Aún no te conozco,
pero te voy a conocer,
serás mi esposa,
felices vamos a ser”