la muñeca sostenía cada una de sus miradas...el amor a las muñecas...

De corazón la niña miraba
pálidas mejillas porcelanosas
que con ojos de mujer
devolvían sus miradas.
Sostenía la niñita
entre sus manos cortadas
la mujer empequeñecida
que escuchaba sus plegarias.
Lloraba sobre sus hombros
lloraba, ay como lloraba
sobre su vientre desnudo
el calor se derramaba.
Allí ella la quería
y la mujer piedra lo daba
el corazón enterito
que del cuello de la niña
a su corazón marchito
el amor se regresaba.

la muñeca sostenía cada una de sus miradas...

 

Un poema inocente, pero concentrado, por los diminutivos, en una espiral No-Violenta, que da paso a una ternura, propia del erotismo.