La musa hecha martir.

Ligera como un riachuelo,
cayendo sobre la desembocadura
estrepitosa de un río,
así se precipita ella en el agujero
del corazón,
persiguiéndolo como ALICIA siguió
aquel conejo con destiempo
en aquel lugar extraño para la razón.

El sonido de su silencio por estupor,
permite escuchar el bullicio de árboles
y la tonada hermosa de una melodía
de amor,
que apresa con sus redes.

Los bohemios, bastardos escritores,
borraron la linea donde aparecía
el nombre que le daba sonido
a su vida,
como si el rumor del cielo
se hubiera apagado,
o como si el prisma de dios
fuera de un solo color.
La palidez de sus labios y rostro
se vuelve como el cielo gris de invierno,
y la serenidad con que cierra sus ojos
refleja de forma efímera y sutil
que linda es la muerte,
con esa beldad de rostro.​

 

Tristes y sentidas letras que dibujan un bello poema que cautiva al leerlo. Aplausos a tu inspirada pluma y abrazos desde tu país vecino.

 

mis sentidos saludos. gracias por pasar
estas mis letras del alma saludos
y hasta siempre amigo.