La nada

Llena un espacio vacío la nada


Y todo cuanto era en mi ayer acabó


La silueta mujer donde amaba


En los tiempos de lluvia y de sol,


Arrullo de su voz cuando hablaba


Se ha secado y murmura, el adiós.​

De la miel de sus ojos me queda


El temblor de la abeja en la flor,


Los susurros del árbol que añeja


En hojas erguidas del cielo el color.​

En el roce de aquellas sus manos


El perfume su huella de amor


El temblor de la piel una estrella


Que titila en el cielo sin sol,


Es ahora la tarde, una pena.


Del ayer. El recuerdo, el dolor.​