La naturaleza de nustros cuerpos

En silencio, busco reconciliarme con cada espectro ideado que aplaque mis demonios, esos mismos que no logran ya tocarte, y que ahora persiguen y juzgan sin tregua alguna, cada rincón de mi existencia, o, sin siquiera estar consciente, soy yo, el mismo que distorsiona su humanidad que miserablemente se aferra a creer que fue ese, soy, el de los demonios, sin corona, ni juicio. En fin, mucho después, quizá, seamos más bien esas ilusiones hechas solo de cosas imaginables que nos mantuvieron juntos y que nos unirían hasta un mito sin valor para narrarlas. Ilusiones que resultaron estar hechas de las mismas cosas que hoy convierten nuestro palpitar en ecos del pasado, siempre, con un presente de hálito vehemente que hería más que la piel hecha escudo por el calor del momento. Pero deja que ahora, o mañana, nuestras almas desgarradas entren en contacto y encuentren por fin la paz que tanto quisieran en la naturaleza misma de nuestros cuerpos.

Perdón por el daño hecho, te llevo en el rincón más profundo de mi corazón para que tú ni yo ni nadie puedan tocar y arrancar el amor que yo ciento por ti, te amo Patty Elena.