La negror del subconsciente...

Por más que vaya y venga, normalmente
jamás consigo estar donde me hallo;
no dejo de largar ni cuando callo
y miento hasta mejor que un presidente.

En todas las regiones de mi mente
la vida se paró en el dos de mayo;
soy un sacamantecas, un zumallo
perdido en la negror del subconsciente.

El mal lo llevo bien cuando es ajeno
y mal cuando me busca las cosquillas;
a veces puedo ser tonto de bueno

y a veces te trinchaba las costillas;
por ver de no morirme, me enveneno
con whisky y cerdo en vez de con pastillas…

 

Así somos los seres humanos. Un saludo.

 

En tu línea!! Espectacular! Me identifico...

 

Muy bueno, alegre, sincero lleno de contradicciones . Un gusto leerlo.

 

Precioso soneto donde “perdido en la negror del subconsciente” te envenenas “con whisky y cerdo en vez de con pastillas”, un placer la lectura, Jorge, abrazos cordiales, Alberto.

 

Así somos, pura contradicción.
Un saludo

 

Gracias, amigo. Hay lugares comunes a todos los seres humanos. Aquí traté de reflejar algunos

 

Gracias, Luciana, el gusto es mío.
Un saludo

 

Gracias por pasarte, Maroc. Recibe mi abrazo de vuelta